En la Parroquia del Buen Camino, en Torremolinos, se respira algo más que incienso y silencio. Se respira Paz. Una calma envolvente que, tal como su nombre sugiere, emana del rostro sereno de Santa María de La Paz. Una imagen que desde su llegada hace diez años, se ha convertido en uno de los cuatro pilares fundamentales de la Cofradía de los Dolores y en una presencia imprescindible para el Domingo de Ramos torremolinense.
Lourdes Farfán, hermana mayor de la Cofradía de los Dolores, sonríe al hablar de esta virgen que, como ella misma cuenta, «ha conseguido un fervor y una advocación impresionantes». Lourdes recuerda con cariño cómo fue el momento en que la Virgen llegó a la parroquia. «La Virgen de La Paz vino desde Cádiz hace diez años, un regalo para nuestra cofradía. Fue un esfuerzo colectivo de nuestros hermanos, entre los que se encontraba María Victoria, quien ya no está entre nosotros», explica Lourdes, con la voz emocionada.
Esta talla, realizada por la escultora Ana Rey, ha sido un auténtico revulsivo para la hermandad. La Virgen de La Paz no es solo una imagen, es el símbolo de una devoción que ha ido creciendo con el paso del tiempo. «Desde su llegada, la Virgen ha crecido mucho. Cada año se incorporan más varales, más detalles, y la devoción por ella no deja de aumentar” comenta Lourdes. Lo que distingue a la Virgen de La Paz, además de su extraordinaria belleza, es el hecho de que solo es portada por mujeres. Un gesto simbólico que resalta el papel de las mujeres en la cofradía y en la vida religiosa de la comunidad.
Compuesta por más de 3.200 hermanos, la Cofradía de los Dolores tiene un arraigo profundo en la comunidad. El Domingo de Ramos, los fieles acompañan a la Santa María de La Paz y al Cristo entrando en Jerusalén. El Viernes Santo, la solemnidad se extiende con la presencia de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores, dos imágenes que llenan de recogimiento y fervor las calles de Torremolinos.
Si hablamos de historia, fe y milagros, hay que detenerse ante la figura de María Santísima de los Dolores, una de las grandes devociones de Torremolinos. “Es una Virgen con muchísima fuerza y carácter, que nos lleva y nos guía”, afirma Lourdes con los ojos brillantes de orgullo. Su historia ha trascendido las fronteras del municipio: ha sido reconocida e incluida en el libro de Andalucía, y su recorrido ha llegado hasta el Congreso de Hermandades celebrado en Sevilla, donde quedó entre las 30 imágenes más destacadas de toda España. No es para menos. Para muchos vecinos, es una Virgen muy milagrosa, a la que se le reza en los momentos más difíciles.
Con dos vírgenes que emocionan y acompañan —una que da paz y otra que abraza en el dolor—, la Cofradía de los Dolores sigue creciendo, caminando con firmeza, con fe y con la certeza de que, bajo sus mantos, todo es más llevadero.