Un jurado popular tiene previsto juzgar desde el lunes a un hombre para el que la Fiscalía de Málaga pide en total 26 años y medio de prisión al acusarlo de acabar con la vida de otro con el que tenía disputas comerciales y que era su competidor en lo profesional, al que supuestamente disparó en varias ocasiones tras sorprenderlo de madrugada.
Los hechos sucedieron en abril de 2021. Según las conclusiones iniciales del fiscal, a las que ha tenido acceso Europa Press, existían disputas comerciales entre el acusado y la víctima, por lo que el primero decidió «acabar con la vida de su competidor» que residía en un hostal de Torremolinos y supuestamente «planeó minuciosamente su acción».
Así, «para asegurarse el éxito y la impunidad», dice la acusación pública, «decidió acabar con la vida de la víctima cuando saliera de madrugada del hostal y se subiera a su vehículo para ir a trabajar al mercadillo de Marbella», para lo que se puso una sudadera oscura y cubrió su rostro.
Según el ministerio fiscal, era consciente de que por el toque de queda entonces vigente debido al COVID a partir de las 23.00 horas apenas habría nadie por las calles «que entorpeciera su plan auxiliando al hombre o sorprendiéndolo a él, además de que le permitiría, así vestido, fundirse en la oscuridad y esconderse hasta cogerle por sorpresa».
Asimismo, señala que presuntamente «con la misma intención de asegurarse el éxito y la impunidad», aparcó su furgoneta a unos 500 metros del hostal antes del toque de queda, y esperó allí hasta las 05.00 horas, tras lo que hizo el resto del camino a pie, llevando presuntamente un arma de fuego corta, apta para el disparo de la que no tenía licencia.
Cuando la víctima se había montado ya en su camión para iniciar el camino al mercadillo, el procesado, según la Fiscalía, «apareció de repente y, desde el exterior y a través de la ventanilla, apretó el gatillo seis veces logrando que el arma de fuego disparase en al menos tres ocasiones, a menos de un metro de distancia, sin que la víctima lo viese venir».
Según la acusación pública, la herida más grave, que le ocasionó la muerte por laceración cardiaca, fue un proyectil que entró por el hipocondrio izquierdo y en su recorrido afectó a varios órganos. Tras esto, el hombre volvió a su vehículo y condujo hasta su casa en Benalmádena.
Para el fiscal, los hechos constituyen un delito de asesinato, por el que pide 25 años de prisión, y otro de tenencia ilícita de armas, por el que pide un año y medio de cárcel; considerando que concurren las circunstancias que agravan la pena de disfraz y de aprovechamiento de las circunstancias de lugar y tiempo para asegurarse el éxito de su acción. Además, solicita que indemnice a la familia del fallecido con 100.000 euros.