El hombre investigado por presuntamente asesinar a su expareja, Paula, en la vivienda que compartían en Torremolinos el pasado 17 de mayo dijo a un médico forense que le examinó que el día de los hechos hubo una discusión, un forcejeo y, con un cuchillo de cocina que había cogido días antes a un compañero, y le dio dos puñaladas.
Así lo han asegurado fuentes consultadas por Europa Press, quienes han precisado que dicha manifestación se produjo el día 20 de mayo cuando el Juzgado de Instrucción número 3 de Torremolinos, que investiga el caso, acordó el ingreso en prisión del detenido, también investigado por la muerte de otra expareja, Sibora, cuyo cuerpo fue encontrado tras nueve años desaparecida en el mismo piso.
Según su versión, el día de los hechos –17 de mayo– había consumido drogas y bebido y de repente empezaron «discusiones por celos», diciéndole ella que se tenía que ir del piso. Él había preparado sus cosas y en una de las bolsas estaba el cuchillo, que se cayó, se lo quitó a la mujer, «hubo forcejeo» y dijo que le dio dos puñaladas, según las fuentes y adelanta el Diario ‘SUR’.
Esta manifestación la hizo en una exploración realizada por una médico forense para informar sobre sus capacidades intelectivas, en el transcurso de la cual aseguró que fue diagnosticado en Italia de esquizofrenia, sociopatía, y que estuvo ingresado en un hospital psiquiátrico por alucinaciones y un episodio maniaco. También habló de consumo de drogas y alcohol.
En esa entrevista, el investigado, que respondió de forma «coherente», se refirió después a «inestabilidad mental» por esas circunstancias, aunque la forense no advirtió alteraciones importantes de la realidad, el juicio o el raciocinio, ni tampoco descompensación por su enfermedad; por lo que considera que no presenta alteraciones de su imputabilidad, han señalado las fuentes.
Este hombre está investigado también en otra causa por presuntamente cometer el asesinato de Sibora, que desapareció en 2014 y cuyo cuerpo fue encontrado emparedado el pasado 7 de junio, después de que el investigado dijera de forma no oficial cuando fue detenido por el crimen de Paula que habría acabado con la vida de la chica y habría ocultado el cadáver en las paredes del piso.