Comenzó de la manera más humilde posible, con «una neverita de Cocacola», pequeña y con muy poco frío. Así fue como comenzaron a servirse los primeros helados en la Calle San Miguel de Torremolinos. Eran los 80 y lo que empezaba como un negocio pequeño y simple, terminaría por transformarse -hasta el día de hoy- en una de las heladerías más emblemáticas de la Costa del Sol: La Heladería San Miguel.
Así lo cuenta José Fernández Alcaide, encargado de la heladería que lleva sirviendo helados, cafés, zumos y sándwiches desde 1980. El secreto para que funcione abierta durante todos estos años es claro: «Con mucho trabajo, constancia y esfuerzo», explica José en una entrevista a AZ Costa del Sol.
Aunque fueron sus padres quienes comenzaron el negocio, José ha crecido entre neveras de helado: «Mi madre trabajaba en una tienda frente a un negocio y fue ahí donde empezó todo. Hizo una especie de confraternidad con su socio y montaron la Heladería. Fue de una forma muy humilde, con una nevera pequeña, hasta llegar al día de hoy», recuerda.
Además de una dedicación plena, abriendo día tras día, aseguran que el cuidado del producto es uno de sus grandes fuertes: «Trabajamos con productos de primera categoría, cuidamos mucho el helado, para nosotros es algo primordial ya que es nuestro producto estrella». En este sentido, desde la Heladería, se trabaja para ofrecer año tras año nuevos sabores. La especialidad, según piden los clientes, «el de Marrakech».
Durante todos estos años la Heladería San Miguel se ha convertido en un punto de encuentro para todo aquel que regresa a Torremolinos, que vive en ella o que la visita por primera vez: «Recibimos el cariño de mucha gente, no solo vecinos de aquí y amigos, sino gente que viene de otros lugares como Madrid o Extremadura para probar nuestro helado», cuenta José agradecido.
Pese a que asegura que mantener un negocio «no es nada fácil» ya que supone muchos gastos, asegura que «merece la pena y el esfuerzo» por mantener la Heladería abierta cada día. Un esfuerzo que ha sido reconocido por el propio Ayuntamiento de Torremolinos. Junto a otros negocios de la localidad, la Heladería San Miguel fue uno de los homenajeados en ‘Pioneros del Comercio Torremolinos Años 70’, un reconocimiento con el que el Consistorio ha querido agradecer el trabajo de todos los negocios pioneros de la localidad desde los 70.
«Es un orgullo que el Ayuntamiento ponga en valor todo el esfuerzo, es como el premio a un trabajo bien hecho durante muchos años y que te lo reconozcan siempre se agradece», asegura José. Un agradecimiento que él mismo le rinde a su madre, quien empezó el negocio y de la que tanto ha aprendido: «Decidí ayudar a mi madre en el negocio y la verdad que estoy muy contento, es una persona impresionante, con grandes valores, te enseña lo que es el trabajo y la lucha del día a día: el emblema de esta Heladería», concluye emocionado José.
Más allá de su popular orchata y sus batidos, la Heladería San Miguel no solo es un emblema para todos los que pasean por en centro de Torremolinos, sino también para los costasoleños que, año tras año, se acercan hasta estas neveras para pedir su helado favorito.