De Torremolinos a Nueva York pasando por Madrid, París, Viena, Berlín, Londres, Barcelona y Chicago.
Al cumplir 30 años, Fernando Roldán realizó su primera maratón, pero fue a partir de los 20 cuando decidió tener mejores hábitos de vida. Una cosa desembocó en otra y comenzó con carreras de 10 kilómetros y media maratones. Fue en el año 2012, concretamente en Madrid, cuando cruzó su primera meta en una maratón. Desde entonces ya van 11 años participando en esta modalidad.
Con más de cincuenta media maratones a su espalda y un total de ocho maratones, Fernando ha cruzado meta en lugares como París, Viena, Berlín, Londres, Barcelona, Chicago y Nueva York. Cabe destacar que de esas ocho citas, cuatro de ellas pertenecen a los Six Majors, -consideradas como las maratones más importantes del mundo-, y de las cuales solamente le falta Tokio y Boston.
Su primera vez participando en una maratón fue “muy especial”. En ese momento el corredor llevaba tres años corriendo “al máximo” y había realizado alrededor de siete medias maratones “por lo cual era lógico que el siguiente paso era hacer una preparación específica de tres meses para una maratón”, cuenta para AZ Costa del Sol. Con un ritmo más bajo al que solía llevar en las competiciones, Fernando se adentró en la que sería su primera maratón con un objetivo muy claro, “yo solamente quería disfrutar”. Y así fue. Con un tiempo de tres horas y media “acabe muerto muscularmente”, pero “pensando en cual sería la siguiente”.
“A una maratón hay que tenerle mucho respeto”. 42 kilómetros -ni más ni menos- es la distancia exacta de una maratón. Para ello no solamente hay que ir preparado físicamente sino que psicológicamente también hay que estarlo. “Pasas muchas horas contigo mismo y tienes que mentalizarte sobre ese esfuerzo y aguantar”. Esta preparación hace que “lo que hacías como hobby”, pase a ser “un compromiso”.
El pasado mes de noviembre Fernando puso rumbo a Nueva York para disputar la que sería su octava maratón. Para poder acceder a participar en este tipo de carreras -las pertenecientes a los Six Majors- existen tres formas diferentes de hacerlo: por tiempo, por sorteo o a través de una ONG. En esta ocasión el torremolinense decidió hacerla a través de una ONG: “estas carreras donan los dorsales a las ONG, que a su vez los ponen a disposición de gente que se compromete a recaudar dinero”.
A pesar de que -por el tiempo conseguido en la maratón de Chicago- Fernando podía acceder sin problemas a la de Nueva York, su lado solidario lo empujó a realizar esta carrera por una buena causa. Con todo ya reservado, decidió hacer esta propuesta en el colegio donde ejerce de jefe de estudios. Cuando realizó la carrera de Londres “lo hicimos con una ONG de Reino Unido” y en esta nueva ocasión “no se lo pensaron ni un momento”.
En el caso de Nueva York, “cuentan con un amplio listado de nombres de ONG”. Lo primero al recibir dicho listado fue “hacer un primer barrido”, ya que Fernando solamente quería tener presentes aquellas que ayuden a niños y que se centren en su base educativa. Tras los primeros descartes llegó el momento de informarse sobre cada una de las preseleccionadas. Finalmente la elegida fue ‘Childrens in conflicts’ cuyo fin es “llegar lo antes posible a los sitios donde hay guerras para actuar y ayudar a los niños a darles una educación, una seguridad y que no vivan dentro de una guerra con el sufrimiento que eso causa”.
Para llegar a la cantidad marcada por dicha ONG Fernando decidió que la mejor forma de recaudar fondos era organizando una carrera benéfica. “Cuando me dijeron que sí plantee el realizar una carrera benéfica donde los protagonistas fueran los alumnos. Fue una pasada. Al final conseguimos recaudar 6 mil euros”.
Una de las maratones más especiales
Hasta este mes de noviembre la maratón de Londres “estaba en mi primer lugar de todas las que he hecho”, pero “la de Nueva York ha pasado a ser la mejor”. La maratón de Nueva York es considerada como una de las más multitudinarias. En este año 2023 alrededor de 55 mil personas han participado en ella. A las 7:00 horas comienza a llegar la gente al punto de salida, la sensación térmica en ese momento es “muy baja” y todo el mundo “lleva millones de capas de ropa que luego depositan en un contenedor para donarla”.
Durante la carrera se cruzan cinco de los barrios más conocidos de Nueva York. El pistoletazo de salida se da en Staten Island, se cruza un puente que llega hasta Brooklyn, se pasa por Queens, Manhattan y el Bronx para volver a bajar por Manhattan y terminar en el Central Park. Todos estos barrios “se vuelcan con la maratón. Es raro las zonas donde no hay gente. En la zona de Central Park hay muchísima gente agolpada y te sientes hasta importante”. Para Fernando fue una experiencia “increíble”, a pesar de que “en los últimos 5 kilómetros ya no podía mantener el ritmo ya que la orografía de Nueva York no es plana”. Aún así, “la organización supera a las otras que he hecho y cada rincón de la ciudad tiene algo especial”.
Esta experiencia no solo fue “un orgullo” para el corredor, sino que también “fue un orgullo hacerlo por una causa”.
Futuras metas
Después de terminar este evento, Fernando sigue poniéndose nuevos retos. A pesar de haber llegado a realizar Distancia Olímpica y hacer triatlones, todavía no se ha animado a realizar un Ironman: “es algo que no contemplo, aunque no descarto hacer un medio Ironman a largo plazo”. Su mirada esta puesta en la maratón de Sevilla o “en alguna maratón en primavera”. Lo que sí tiene claro es cumplir su deseo de correr las dos maratones que le quedan para completar los Six Major y de hecho tiene ya hasta posibles fechas marcadas, “Boston 2025 y Tokio 2026”.
Aún así, Fernando prefiere recomponerse después de lo alcanzado, ya que para él: “la maratón no empieza el día de la carrera, sino los tres meses antes cuando tiene que quitarle tiempo a tu familia, a tu pareja y a tu descanso. Ahí empieza la maratón y empiezas a mentalizarte de que es duro y de que tú puedes. Luego cuando terminas obviamente te enorgullece mucho”.