Seguramente habrán oído y utilizado, en muchas ocasiones, el concepto ‘SPAM’ en cualquier contexto, en el propio y en el personalizado. Un extranjerismo perfectamente interiorizado que sirve para definir a la perfección esa información o exceso de ella que no solicitada, no necesaria y que con total garantía, tratamos de eludir por cansancio, hastío y exasperación. Separar el grano de la paja.
Lo que no muchos conocen es el origen de este concepto. Hay que mirar hacia Austin (Minnesota, USA) en la década de los 40 para conocer la ‘Hormel Foods Corporation’, una puntal de la industria cárnica. En una de esas reuniones para potenciar alguno de sus productos, creyeron que impulsar su paleta de cerdo especiada [carne de no excesiva calidad pero que bien sazonada y enlatada], se convertiría en un producto muy popular y accesible para los bolsillos menos pudientes. Se desconoce, en cierta medida, el origen concreto del acrónimo, pero a raíz del ‘Hormel Spiced Ham’ ó ‘Shoulder of pork and ham’, debió nacer el concepto ‘SPAM’. Nuestro querido e inolvidable jamón sazonado y enlatado.
¿Qué conflicto afrontó Estados Unidos a mediados de dicha década? Efectivamente, la Segunda Guerra Mundial planteó, nuevamente, un complejo problema estructural ya que el gobierno necesitaba abastecer de suministros y alimentación a los dos frentes desplegados por Estados Unidos (en Europa y en el Pacífico). Siendo, en este caso, el ‘SPAM’, un producto de carne enlatada y de larga conservación, una de las opciones estrella durante el conflicto. Tanto fue así, que su fama traspasó fronteras y llegó a ser más consumido y popular en ciertos puntos de Oceanía y en Reino Unido, de una manera especial. El ‘SPAM’ se implantó profundamente en la sociedad británica, ya que buena parte de los efectivos estadunidenses desplegados tenían base en las islas.
Tal fue su impacto que una vez finalizad la IIGM, la dura posguerra y el periodo de raciocinio y restricciones de alimentación, hicieron aún más extensivo y popular el ‘SPAM’ como un producto básico de sustento para las clases más desfavorecidas, formando parte de las dietas británicas por un periodo de tiempo mayor del esperado y de lo que el “suculento manjar” merecía.
Fue años más tarde, ya en los 70, cuando un fabuloso ‘sketch’ en televisión de los Monty Python’s sobre los hábitos poco saludables de alimentación británicos, popularizó aún más y devolvió a la fama el ‘SPAM’. El ‘sketch’ se popularizó rápidamente y a medida que los hermanos tomaron mayor fama, también lo hizo la parodia sobre el jamón especiado. Durante el acto, un camarero repetía sin cesar la palabra ‘SPAM’ como principal guarnición de todos sus platos. “Qué rico SPAM, pruebe nuestro guiso SPAM o nuestra ensalada SPAM o mejor aún, el SPAM relleno de SPAM”, entre otros mensajes.
Aquello, de algún modo, llegó a calar entre los creadores de los primeros chats más embrionarios del más primitivo Internet, ya casi en los años ochenta. No sé sabe a ciencia cierta si fue pura casualidad, inspiración o simplemente, un gran fanático de los Monty Python’s quién asoció la llegada masiva de información no deseada al concepto ‘SPAM’. Y así se logró definir una idea que hasta ahora no existía.
A diario encontramos multitud de SPAM informativo en nuestra vida. Saturación de comunicación con intereses políticos y/o comerciales, publicidad segmentada y teledirigida, redes sociales que blanquean relatos e incluso, la desinformación que crea la repetición continua de una idea, que aún siendo falsa, puede llegar a parecer como real y veraz, de la mano de este fenómeno llamado posverdad.
Contar con un medio de comunicación capaz de distinguir el grano de la paja y llevar la información objetiva, escéptica y puntal sobre un hecho o acontecimiento, es el objetivo del café de cada mañana del periodista. Es todo un placer escribir y contribuir, de alguna manera, a este atractivo proyecto llamado AZ Costa del Sol; constante y en crecimiento. Sigan buscando la la información, lejos del ‘SPAM’ y más aún si es especiado. Que tengan unas felices fiestas y un próspero año nuevo.