No hay verano sin espeto. Al menos, en la Costa del Sol. Solo su nombre nos traslada al sol, al olor a mar y a ese chiringuito al que siempre queremos volver. Su olor cautiva a todo aquel que camina por algún paseo marítimo. Es por ello que, cada verano, los espetos se convierten así en los grandes protagonistas en cada chiringuito malagueño.
Aunque puede parecer una tarea sencilla, preparar un buen espeto tiene más secreto de lo que se cree. De hecho, es considerado un arte en sí mismo: ensartar las sardinas con el suficiente tacto y rapidez en las cañas para que gane el mejor sabor posible en las brasas.
Forman ya parte de la cultura malagueña y, concretamente, de la Costa del Sol, donde son toda una especialidad. Son muchos los visitantes que cada verano lo piden sin conocer, en ocasiones, cuál es el secreto de estas sardinas a la brasa. Aunque los lugares donde poder disfrutarlos son casi innumerables, aquí te proponemos una ruta para recorrer cada rincón de esta singular comarca de la mano de su mejor aliado: los espetos.
Canarias, en Torremolinos
Comenzaremos por Torremolinos. Rodeado de un jardín tropical, en la plaza del Remo, se encuentra el Chiringuito Canarias, un restaurante de referencia de La Carihuela. Su enclave, profesionalidad y experiencia lo convierte en un lugar idílico y excepcional para probar las tradicionales sardinas al espeto. De hecho, uno de sus espeteros fue reconocido con el premio Mejor Espeto de la Costa del Sol en la octava edición del certamen.
Las Gaviotas, en Benalmádena
La segunda parada es Benalmádena. Desde la arena de la Playa Santa Ana se avista el emblemático Chiringuito Las Gaviotas, abierto desde hace más de 20 años. Sus espetos son los favoritos de muchos vecinos y visitantes que cada año se acercan para disfrutar de este manjar. Con espeteros profesionales que cuentan con una larga trayectoria, sus espetos son la especialidad de este popular chiringuito.
Botavara, en Fuengirola
Seguimos recorriendo la costa para conocer uno de los restaurantes más demandados cada verano en Fuengirola. Se trata de Botavara, ubicado en el Paseo Marítimo Rey de España. Los que lo visitan aseguran que el pescado es su gran especialidad. También sus espetos, que cautivan a todo aquel al que su olor les llega mientras pasea. Además de las sardinas, también es un buen lugar para disfrutar de buen marisco fresco o su demandada paella.
Arroyo, en Mijas
La siguiente parada es muy próxima. La Cala de Mijas. Otro de los lugares más demandados cada verano para comer espetos. El chiringuito Arroyo, ubicado en la Calle Torremolinos, en la playa de La Cala, ofrece en un ambiente relajado lo mejor de la cocina malagueña. Su especialidad son sus pescados en espetos y su paella. Un lugar para probar buen pescado en pleno corazón de la Costa del Sol.
Marbal-la, en Marbella
Recorrer la Costa del Sol sin adentrarnos en Marbella no debería estar permitido. Aunque son muchas las posibilidades donde poder disfrutar de un buen espeto, sin lugar a dudas, Marbal-la es uno de ellos. Se trata del antiguo Pepes Bar -abierto en Marbella desde 1969- que se presenta con una imagen renovada pero ofreciendo la misma cercanía y servicio del anterior chiringuito. Ubicado en la Avenida del Mar, en Duque de Ahumada, es uno de los lugares más demandados cada verano en Marbella para comer sardinas en espeto.
Chiringuito Madero, Estepona
Llegamos casi al final de nuestra ruta. Estepona. En plena Playa de la Rada se encuentra uno de los mejores chiringuitos para comer espeto. De hecho, en 2017 obtuvo el premio al mejor espeto de la Costa del Sol. Se trata del Chiringuito Madero, donde además de sus famosas sardinas espetadas destaca su pescado fresco y los gambones hechos al espeto con leña de naranjo. Un toque diferente por el que muchos aseguran notar un sabor especial.
Manilva Beach, en Manilva
Cerramos esta ruta del espeto por todo lo alto. En la Playa Chullera de Manilva. En concreto, se culminará en el Chiringuito Manilva Beach. Los que lo visitan aseguran que en él se encuentran “los mejores espetos”. Se encuentra en el km 142 de la antigua N-340. No solo sus sardinas son demandadas, sino también la lubina al espeto. Un lugar excepcional para disfrutar, junto a la brisa del mar, de una buena copa de vino o una cerveza fresca que acompañe al mejor de los manjares cada verano: las sardinas al espeto.