La Costa del Sol, conocida por sus playas doradas y su clima privilegiado, alberga en sus rincones un fascinante patrimonio histórico que merece ser descubierto. Un legado repleto de extraordinarias fortalezas que cuentan la historia de civilizaciones que dejaron su huella en esta tierra y que procuraron protegerse de saqueadores y conquistadores.
A lo largo de esta ruta, exploraremos algunos de los castillos más emblemáticos que tiñen el pasado de la Costa del Sol, en una experiencia que combina historia, arquitectura y paisajes espectaculares.
- Primer destino: Castillo de Colomares, Benalmádena
Nuestra travesía comienza en Benalmádena, con el exquisito Castillo de Colomares. Un monumento que comienza a construirse en 1987 por Esteban Martín Martín y que testimonia, con su piedra, la gesta del descubrimiento de América.
En esta infraestructura se visualizan minuciosos detalles que narran este hecho, entre los que se pueden encontrar representadas las tres naves que Colón utilizó en su travesía: la Niña, en lo más alto de la construcción; la Pinta, en la fachada principal y la Santa María, aislada de las otras dos naves como reflejo de su hundimiento durante la expedición. Además, en el castillo se esconden los escudos en bronce de los Reyes Católicos y un mausoleo a Colón con un rosetón gótico.
Actualmente ofrece guías personalizadas y concertadas por el recinto y también se llevan a cabo conferencias, mercadillos medievales, conciertos de música y danza, teatro y otro tipo de eventos lúdicos-culturales.
- Parada obligatoria: Castillo Sohail, Fuengirola
A unos 12 kilómetros, encontramos el imponente Castillo Sohail. Esta fortaleza, construida sobre ruinas de poblamientos púnicos y romanos, comienza a erigirse en la época califal, con Abderramán III, sobre una colina junto al mar, ofreciendo vistas panorámicas inigualables. Aunque su origen es árabe, en el año 1485 fue ocupado por el ejército cristiano en la Reconquista, y posteriormente ha sido testigo de sucesivas remodelaciones hasta su fisonomía actual.
Tras diversos cambios en su propiedad, el Castillo Sohail se ha transformado en un destacado punto de encuentro cultural. Además de su valor histórico, hoy se exponen numerosos conciertos y eventos, entre los cuales destaca el festival de música Marenostrum Fuengirola, uno de los más importantes de la Costa del Sol, celebrado en verano. En el interior del castillo también se ha instalado un pequeño museo de interpretación histórica que exhibe varias maquetas.
- La alcazaba de Marbella, hermana histórica del Castillo de Sohail
Continuamos la visita hasta Marbella, cuya alcazaba, de nuevo, se enmarca en la época califal. Se trata de un castillo construido entre finales del siglo IX y principios del siglo X, también asociado a un encargo de Abderramán III para proteger la región de posibles ataques. Tras la reconquista de Marbella, la alcazaba fue reformada para adecuarla a las armas de artillería.
Es un monumento declarado Bien de Interés Cultural desde 1949, que se inserta en el entramado urbano de Marbella, cerca de la emblemática Plaza de los Naranjos y de la Iglesia de la Encarnación. A través del Colegio Nuestra Señora del Carmen, construido pared con pared junto al lienzo sur, se puede acceder a los restos de la torre.
- En lo más alto del interior: El Castillo de Casares.
Algo más lejos de la costa, en pleno casco urbano de la localidad malagueña de Casares, en una zona conocida como el Recinto del Castillo, encontramos una antigua fortaleza musulmana. El castillo de Casares se presenta como un bastión defensivo, cuyas referencias históricas sitúan su existencia en el siglo XIII, donde esta infraestructura ocupaba un lugar estratégico en el paso hacia el interior de la Serranía. Su diseño presenta una arquitectura irregular, y cuenta con dos accesos originales con puertas de arco situadas en las calles Villa y Arrabal.
Es posible acceder fácilmente al recinto amurallado desde la plaza del pueblo. En su interior se encuentra la antigua Iglesia de la Encarnación, convertida en el Centro Cultura Blas Infante, además de la ermita de la Veracruz y el cementerio.
- Un salto hacia la Edad Moderna con el Castillo de la Duquesa, en Manilva.
Muy cerca de Casares, en Manilva, alberga una fortaleza edificada en 1767 durante la guerra de España contra Inglaterra, sobre los restos de una villa romana, cuyos materiales fueron reutilizados en su construcción. Su propósito principal era proteger el fondeadero en la lucha por Gibraltar. El complejo incluye termas, una villa, instalaciones de salazón de pescado y una necrópolis. Se encuentra cerca de la playa de La Duquesa y es conocida también como el Fortín de Sabinillas, debido a su proximidad al núcleo costero de Sabinillas.
Hasta hace algunos años, el castillo sirvió como cuartel de los Carabineros y la Guardia Civil. En la actualidad, aunque alberga una tenencia de alcaldía, es posible visitarlo, además de recomendable, por su gran valor arquitectónico e histórico.
Su tamaño imponente y su diseño lo convierten en uno de los mejores ejemplos de fortaleza del siglo XVIII.
- Otras paradas: herencias y sombras en piedra de antiguas murallas.
Por último, es interesante hacer un presuroso recorrido por importantes fortalezas que han bañado la Costa del Sol, y de las que hoy solo se conservan los vestigios de sus murallas. Cabe destacar que, aunque no se encuentren en su mejor estado de conservación, su valor histórico también nos ofrece una ventana al pasado.
Las fortalezas de Mijas y Osunillas, cuyo interés histórico radica en la importancia de sus localidades durante la dominación árabe por su situación estratégica.
El Castillo de Benahavís, una fortificación desde donde se divisan más de 100 kilómetros de costa. Fue erigido en el siglo X, y de él se conserva la Torre de la Reina, con restos de lo que fueron aposentos, además de un pozo.
El Castillo de San Luis, en Estepona, que ha permanecido oculto por la construcción de viviendas hasta 2013. Los restos de la construcción inicial son mínimos y actualmente se trabaja para recuperar lo que queda de él y convertirlo en un espacio cultural.
Estas emblemáticas localizaciones no solo fueron estructuras defensivas, sino también símbolos del poder y la cultura en esta región. A lo largo de este recorrido, encontramos diversos puntos de interés que no pueden pasar inadvertidos en una ruta de turismo cultural, ya que convierten a la Costa del Sol en un destino privilegiado para aquellos interesados en explorar el patrimonio y la belleza del sur.