Los desmanes urbanísticos de la era GIL han abierto esta semana un nuevo frente entre el Gobierno central y el ayuntamiento de Marbella. El objeto del debate: el paseo marítimo, en concreto el tramo que discurre desde la playa de la Fontanilla hasta la zona de albero que fue construído en 1992 y que, según declaró una sentencia judicial, es ilegal.
Así se lo recordó este martes a la alcaldesa marbellí la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera. «Al no haber acometido el Ayuntamiento una remodelación para recuperar la legalidad del espacio lo haremos nosotros», dijo la ministra.
Esto significa que el Gobierno tomará las riendas de la obra y que luego trasladará los costes al Ayuntamiento -responsable de la irregularidad, según la sentencia-. La cuestión es ¿cómo se va a recuperar?, ¿qué va a pasar tanto con el paseo como con los restaurantes y fincas privadas construidos en este tramo al margen de la ley?
Según la alcaldesa de Marbella, Ángeles Muñoz, la intención del Gobierno es «demoler» este tramo. «No me cabe en la cabeza que un paseo marítimo que se hizo en el año 92 ahora, treinta años después, nos digan que lo van a demoler», ha comentado a la prensa esta mañana.
En realidad, los planes del Ministerio no son nuevos. Forman parte de un proyecto más amplio de remodelación del paseo marítimo -desde la Playa de la Venus hasta Punta El Ancón-, que lleva expuesto al público desde mayo de 2021, un proyecto con el que se pretende devolver a la playa parte de los Terrenos de Dominio Público Marítimo Terrestre que en su día fueron ocupados por el paseo marítimo.
El proyecto en sí no habla de demoler todo el paseo, como se ha dicho, sino de retranquearlo en aquellos lugares «donde sea posible» -aquellos donde se pueda garantizar un ancho mínimo de 6 metros-, para así aumentar la superficie de playa y reponerla con arena. Además, incluye la necesidad de retranquear también el colector de saneamiento, que actualmente discurre en algunos puntos bajo la arena, y desplazarlo bajo el paseo.
Allí donde sea posible modificar el trazado del paseo -dice el texto- se procederá a «retirar el mobiliario urbano y demoler bordillos, muros, rampas y zonas ajardinadas». Una actuación que durará cuatro meses, tendrá un presupuesto de 1,1 millones de euros y afectará inevitablemente a algunas fincas y restaurantes construidos más próximos al mar, sobre el espacio de Dominio Público, en especial en las playas de la Fontanilla y Nagüeles.
El proyecto de remodelación fue publicado en el Boletín Oficial de Estado (BOE) del 8 de mayo de 2021, junto con el proyecto para reponer los espigones, ambos con el mismo objetivo de regenerar las playas de Marbella y estabilizarlas frente a los sucesivos temporales.
El Ayuntamiento, que en su día ya planteó alegaciones al plan, considera innecesario tocar el paseo marítimo, de hecho mañana llevará una mocion urgente al pleno en esa línea.