María Tomé fue madre en diciembre de 2021 y, como a todas las madres, le fue concedido el permiso de maternidad: 16 semanas. Ese es el tiempo máximo que se da a las madres para el cuidado del menor y que se suma a los otros 16 semanas que se da al padre, a través del permiso de paternidad. ¿Pero qué pasa si no hay padre?, ¿qué ocurre si la madre está sola?
¿Por qué la hija de María, por solo tener un progenitor, tiene derecho a menos tiempo de cuidado que otros niños? Esta fue la pregunta que se hizo esta vecina de Manilva y que la ha llevado a pelear en los tribunales contra Instituto Nacional de la Seguridad Social.
«Recurrí a la justicia porque consideraba que había una desigualdad. Si lo que busca el permiso por nacimiento y cuidado es proteger la seguridad del menor, ¿por qué mi hija solo tiene derecho a 16 semanas y, en caso de tener dos progenitores, es el doble?, ¿por qué tiene que tener la mitad de la atención, del cuidado? Yo acudí a la justicia para que igualasen mis derechos al del resto de familias», cuenta María a AZ Costa del Sol.
Su postura coincide con la reclamación que desde hace años mantienen otras familias monoparentales, familias que en España suman hoy casi dos millones de hogares, el 80% sustentados por mujeres solas. Ellas acusan al Gobierno de no haberlas tenido en cuenta a la hora de diseñar la nueva ley de permisos iguales e intransferibles que entró entró en vigor en enero de 2021.
«Ya dijimos que esa ley dejaba fuera a las familias monoparentales, se dijo que podía perjudicar a las madres solas», explica el colectivo de familias monomarentales FAMS, «si lo que se busca es el bien superior del menor, los cuidados de la criatura recién nacida, deben tener en cuenta que hay muchos tipos de familia».
Por todo esto, María reclamó. Exigió que se sumase a su permiso de maternidad los mismos días que le corresponderían a su hija de haber otro progenitor en su familia, otras 16 semanas. Primero lo hizo ante el Juzgado de lo Social en Málaga y éste le dio la razón, pero la Seguridad Social recurrió, lo que la llevó a plantear su caso ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. Éste emitió la sentencia definitiva: María estaba en lo cierto, su hija tiene derecho a disfrutar del mismo tiempo de cuidados que los demás.
«Ha sido un proceso muy largo y muy complicado. Necesitas un buen abogado laboralista, apoyo económico, echarle tiempo, pero estoy súper feliz, el resultado es muy positivo».
Tras la sentencia, María está disfrutando ahora de doce semanas adicionales de cuidado de su hija que, por la propia demora de la justicia, hoy tiene ya casi dos años. «Llega tarde pero llega. Lo que está claro es que si no lo luchamos nunca va a ser una realidad. Las familias monoparentales somos un colectivo muy descuidado. No pedimos nada que nos favorezca, solo que nos igualen en derechos».
Su caso -como confirman desde FAMS- no es lo más frecuente. A menudo los jueces dan carpetazo a la reclamación de las madres, rechazan la petición de sumar ambos permisos por no estar contemplado en la ley.
«Yo ahora estoy recibiendo llamadas de otras madres. Muchas no saben cómo hacerlo, ni siquiera saben que pueden hacerlo. En mi caso agradezco a mi abogada, Cristina Rodríguez Alarcón, sin ella no hubiese sido capaz, tenía que hacerlo una abogada que se lanzara a algo tan novedoso como esto».
Las asociaciones piden que la ley se modifique, que se legisle teniendo en cuenta la diversidad familiar, que apoye a las familias en los cuidados, sean del tipo que sean, que tenga en cuenta a todas esas familias que solo tienen una persona al cargo.
«Esto es algo que yo tenía que hacer -insiste María-, por eso quiero que se difunda. Hace falta que haya muchos casos como el mío para que esto se pueda legislar y sea una realidad».