Aunque todavía se encuentra en riesgo de extinción, el lince ibérico avanza en su recuperación. El último censo de 2023 muestra que la especie ha duplicado su población en los últimos tres años y ha llegado a 2.021 individuos, con 1.299 adultos o subadultos y 722 cachorros. Según indica el Ministerio para la Transición Ecológica en un comunicado, se van acercando “paulatinamente” a la cantidad necesaria, son 80 más que el año anterior, pero todavía insuficientes.
Los centros de cría en cautividad han tenido un papel esencial en esta recuperación. Desde 2011 a 2023 se han liberado 372 linces nacidos en los cuatro centros que existen. La mayor parte de los ejemplares, 1.731, el 85% del total, viven en España y el resto, 291, en Portugal. Las poblaciones estables se localizan en cuatro comunidades autónomas: Andalucía con 755 ejemplares (43,6% de la población española), seguida muy de cerca por Castilla-La Mancha con 715 linces (41,3%), Extremadura donde se censaron 253 ejemplares y Murcia con siete.
El ministerio considera que estos datos permiten “seguir siendo optimistas”, porque la tendencia del felino es positiva y continua desde 2015, año en el que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) rebajó su grado de amenaza.