Un grupo de investigadores japoneses han aportado un nuevo avance en la ciencia. La contaminación espacial y sus riesgos podrían frenarse gracias a un nuevo invento: satélites de madera que desaparecen al entrar de nuevo en contacto con la atmósfera sin dañarla.
La contaminación espacial la conforman satélites que ya no funcionan y restos de naves espaciales y de otros artefactos que ya no se utilizan y que se abandonan en el espacio. Una basura que no resulta inofensiva. Los restos pueden chocar con los satélites que siguen activos y alterar su funcionamiento, con el riesgo para la prevención de catástrofes que ello supone. Además de poner en peligro las misiones espaciales tripuladas y, por tanto, las vidas de los astronautas.
Por ello, este nuevo avance podría ser una solución para frenar la contaminación. En noviembre de 2024 se enviará al espacio el primer satélite de madera del mundo construido por un grupo de investigadores de la Universidad de Kioto. Este nuevo pequeño artefacto de madera, al que se le ha puesto el nombre de “LignoSat”, no genera ningún tipo de residuo tóxico para la atmósfera en su proceso de destrucción.
Según estas nuevas investigaciones, todo apuntaría a que la madera puede ser la solución para un futuro espacial más verde que nos permita seguir descubriendo el Universo sin dañarlo.