Pocos alimentos representan más a España que la aceituna. Miles y miles de toneladas se consumen al año en nuestro país, que cuenta con la mitad de la producción de la Unión Europea. Y, ahora, para darle un mayor y mejor uso, se aprovechan hasta los huesos.
En el proceso de producción de aceite, los huesos se exprimen y se separan antes de lavarlos y secarlos para crear un combustible similar a los pellets de madera que se utilizan en ciertas estufas, parrillas y chimeneas domésticas.