Moreno ha detallado que las llamas abarcan ya una superficie de «en torno a 5.000 hectáreas», con un perímetro de unos 41 kilómetros.
Las labores de extinción, que han movilizado a unos 500 efectivos y 37 aeronaves, afrontan ahora según ha dicho un «momento crítico», pues el pirocúmulo conformado por las llamas y el humo, una gran «columna» o «enorme chimenea» de gran visibilidad, evoluciona de tal manera que «si se derrumba» arrojará sobre la zona una gran cantidad de «cenizas prácticamente ardiendo», extremo que ha motivado la retirada temporal de los efectivos de tierra de tales espacios, por motivos de seguridad.
Por eso, ha indicado que aunque el Infoca ha conseguido «perimetrar» el incendio, el mismo es «muy difícil» de extinguir y «queda una importante batalla» por librar contra las llamas.
Equiparando este incendio con otros de parecida envergadura acontecidos en otros países, como el gran incendio forestal de Portugal de junio de 2017; Moreno ha expuesto que fruto del cambio climático y de otros factores, los expertos han detectado una «nueva generación de incendios», como es este el caso, con una virulencia «que no se había visto en estas latitudes».
Merced a la evolución del pirocúmulo, según ha indicado, la idea es reincorporar a los efectivos terrestres en cuanto sea segura su labor en la zona del incendio, «claramente» provocado de manera intencionada al contar con dos focos, según ha expuesto.