La Policía Nacional, en una operación desarrollada por el Grupo de Delincuencia Económica y Ciberdelincuencia de la Comisaría Local de Marbella junto a la Oficina Nacional Antifraude (ONAF) de Francia, ha recuperado en la Costa del Sol varias obras de arte falsificadas. En concreto, son 24 cuadros y 136 certificados de autenticidad de origen fraudulento valorados en millones de euros.
La actuación se realiza en auxilio a una orden europea de investigación, en colaboración con las autoridades galas. De esta manera, se ha logrado poner fin a una trama que introducía las obras fraudulentas en el mercado legal, siendo intervenidas en un domicilio en Estepona, que había sido residencia de un ciudadano sueco considerado cabecilla de la red.
Para evitar ser detectados, encargaban las reproducciones de las obras de arte a artistas anónimos que ofrecían sus servicios en Internet, los cuales desconocerían el destino ilícito de sus reproducciones, ha indicado la Policía Nacional en un comunicado.
El modus operandi de dicha organización estaba perfectamente elaborado. Así, la red intentaba dar una mayor apariencia de originalidad a las piezas y para ello emitían certificados de autenticidad también falsificados para cada una de ellas.
De hecho, con la intención de simular la veracidad de las obras, tomaron como base la suplantación de la colección privada del conocido narcotraficante colombiano Pablo Escobar, que había sido heredada por un sobrino. Sólo con estas falsificaciones pertenecientes a esta colección realizaron más de 200 falsificaciones.
Obras de autores como Picasso o Basquiat
Han señalado que en el registro llevado a cabo por los agentes se incautaron 24 cuadros de diferentes autores de reconocido prestigio como Pablo Picasso, Franz Kline, Giorgio de Chirico, Raoul Dufy o Jean Michael Basquiat.
Cuando los agentes entraron en el domicilio del considerado cabecilla, un varón sueco que había abandonado España en el momento de la entrada y registro, pudieron comprobar cómo una obra que imitaba a una del artista Le Corbusier, presidía el dormitorio principal.
Los investigadores estiman que de haber sido introducidas en el mercado legal, el valor de todas estas falsificaciones hubiera ascendido a varios millones de euros.
Junto a las obras en cuestión eran emitidos certificados de autenticidad también falsificados, siendo incautados 136, de la colección de Escobar, bajo el nombre del heredero de la misma, su sobrino; bajo la reseña ‘Certificate of Origin…’ quedaba patente, a juicio de los investigadores, la intención de continuar con los encargos de réplicas de originales relacionadas con estos certificados que iban a ser vendidos como piezas originales, y cuya incautación ha evitado un elevado perjuicio económico, al provocar este tipo de delitos una gran inseguridad en el tráfico legal de transacciones de piezas de arte.