Seguir soñando o volver de vacío. Es así de cruda esta Copa del Rey, que arranca hoy en Gran Canaria con el enfrentamiento entre Unicaja y Joventut de Badalona. El primero de los tres partidos que los malagueños tendrán que superar para volver a coronarse como campeón de un torneo que genera bastante ilusión en el baloncesto español.
En el aire se respira el mismo aura que impulsó al conjunto cajista hace dos años en Badalona, con un proyecto liderado por Ibon Navarro que echaba a andar y que se dio a conocer en toda Europa ganando, contra todo pronóstico, a Barcelona, Real Madrid y Tenerife. Ahora, las quinielas apuntan a Unicaja. La cosa ha cambiado.
Y es que el Unicaja ha sido campeón de invierno en la fase regular de la Liga Endesa y llega de conseguir, en 2024, los títulos de la Basketball Champions League en Belgrado, la Copa Intercontinental en Singapur y la Supercopa de España en Murcia, este último venciendo con todas las de la ley a todo un Real Madrid.
«La Copa es un fin de semana en el que juegas tres partidos en tres o cuatro días y que es como un ‘spin-off’ de una serie, te sales de ahí y puede pasar cualquier cosa en un fin de semana. Ni siquiera creo que gane el equipo que mejor está en líneas generales, gana el que tiene mejores sensaciones, el que lleva mejor los nervios, el que tiene más paz emocional, el que tiene más suerte…», explicaba en la previa el entrenador vitoriano.
Joventut es, actualmente, quinto clasificado en la ACB, con un bagaje de 13 victorias y siete derrotas. Está completando una buena temporada y, pese a no ser de los favoritos, promete dar guerra a Unicaja. Además, goza de una plantilla larga, con jugadores de peso como el veterano Ante Tomic. A las 18:30 horas se decidirá quién alcanza las semis. Todo o nada en Gran Canaria.