Los dragones de Komodo, originales de Indonesia, forman parte de la larga lista de especies en peligro de extinción de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Ser el lagarto más grande y mortal del planeta no le ha salvado de estar expuesto a su extinción, ni tampoco de sufrir enfermedades tan comunes como las cataratas.
Reo, el dragón de Komodo macho que alberga Bioparc Fuengirola desde el año 2006, un varano de 45 kilos y 17 años procedente de un parque de conservación que, por aquellas fechas, estaba localizado en Gran Canarias, ha sido operado de cataratas.
Reo es un gran ejemplar, maduro y genéticamente apropiado para trabajar en su reproducción, y garantizar la supervivencia de su especie. Hace unos años, el equipo de veterinaria y herpetología encargado de su cuidado comenzó a detectar que mostraba una actitud agresiva con ellos: no reaccionaba con agilidad a los estímulos visuales y mostraba cierta torpeza al desplazarse o alimentarse.
Tras comprobar que su estado empeoraba y detectar el aspecto blanquecino de su cristalino, el equipo de Bioparc Fuengirola decidió contactar con Fidel Causse, especialista en oftalmología animal. El diagnóstico era claro: Reo tenía cataratas en el ojo derecho y, además, bastante desarrolladas. La única solución para mejorar su estado de salud era la cirugía.
Después de esta valoración, veterinarios y herpetólogos se pusieron en marcha e iniciaron un proceso de búsqueda y contacto con profesionales que se hubieran enfrentado a esta situación con anterioridad.
«Es un diagnóstico común tanto en humanos como en animales, pero la intervención se complica cuando hablamos de reptiles. Su ojo es bastante diferente al de los mamíferos. Esto hace que tanto el tratamiento como la operación sea algo especial. Era esencial tener referencias, saber cómo habían actuado en otros centros y prepararnos», explica Rosa Martínez, veterinaria en Bioparc Fuengirola y directora de proyectos conservación de la Fundación Bioparc.
GARANTIZAR SU SUPERVIVENCIA Y BIENESTAR
Con un diagnóstico claro, meses de seguimiento, varias pruebas de inmovilización con anestesia y conocimiento suficiente sobre cómo proceder, el pasado mes de marzo, el equipo de Bioparc Fuengirola decidió que era el momento de operar a Reo.
La decisión de intervenir también supuso el desplazamiento del varano a la clínica veterinaria AnimalVisión, centro en el que Fidel Causse operó a Reo. Esto hizo que se pusiera en marcha un dispositivo anestésico previo iniciado cuatro horas antes en el propio centro de conservación malagueño. Este proceso posibilitó el desplazamiento y aseguró a los profesionales que Reo estuviera completamente dormido para ser intervenido sin dolor ni consciencia.
La cirugía de cataratas tiene por objetivo extraer el cristalino que impide la visión y sustituirlo por una lente, una técnica que en animales se denomina facoemulsificación. El procedimiento fue rápido, no duró más de 20 minutos.
Después de la operación, Reo fue desplazado de nuevo a Bioparc Fuengirola y tras la vigilancia exhaustiva de veterinarios y herpetólogos del parque, estos confirmaban que la recuperación anestésica y quirúrgica era correcta. Reo descansaba y el equipo también, después de más de diez horas de procedimiento.
Ahí comenzó la tarea de los cuidadores del equipo de Herpetología de Bioparc, que administraban a Reo los medicamentos veterinarios prescritos que incluían gotas oculares hasta tres veces al día los primeros días. Desde entonces, se ha realizado un seguimiento continuo al estado de sus ojos así como de su salud en general.
Reo se encuentra perfectamente bien, ve y reacciona como debe ser a los estímulos que le rodean. Con esta intervención, el equipo de Bioparc ha mejorado su calidad de vida individual, así como su capacidad de relación con los otros ejemplares de su especie con los que comparte recinto.
«Es sencillo, cualquier individuo aumenta la calidad de su día a día si su visión es correcta. En el caso de Reo queríamos no sólo mejorar su bienestar, sino también garantizar que llegaba a su auge reproductivo en condiciones óptimas. Tanto Reo como Ora, el hembra dragón de Komodo que albergamos, están en la fase ideal para reproducirse, por lo que necesitamos que Reo no solamente la oiga o sienta, sino que también la vea», sostiene Rosa Martínez.
El correcto estado de salud de Reo es esencial para iniciar el proceso de reproducción. Si la hembra muestra cualquier tipo de rechazo, puede manifestarse agresividad entre ellos. «Son dragones de Komodo, animales grandes y fuertes. Entre ellos las agresiones pueden ser mortales», señala Martínez.
GRAVE PELIGRO DE EXTINCIÓN
Los dragones de Komodo se encuentran en peligro de extinción. Actualmente, tan sólo quedan unos 1.500 ejemplares en todo el mundo, 220 en centros de conservación pertenecientes a la EAZA. En libertad, pueden localizarse en la isla de Flores, Komodo, Rinca, Padar, Nusa Kode y Gili Motang.
Desde 2009, Bioparc Fuengirola y la Fundación Bioparc trabajan en el Programa Europeo de Especies en Peligro (EEP) del dragón de Komodo tanto ‘ex situ’ en sus instalaciones, como in situ en la isla de Flores bajo el proyecto Wae Wuul.
En los últimos 15 años la población de dragones se ha reducido en un 25% por la queman de gran parte del bosque primitivo donde viven y por la caza furtiva. En la actualidad, a todo esto, se le suma la enorme acumulación de residuos que transportan las corrientes oceánicas y que terminan en estas islas donde viven los dragones de Komodo.
Con este programa de conservación ‘in situ’, la Fundación Bioparc participa en un proyecto para proteger la reserva de Wae Wuul, su bosque monzónico y los dragones que viven en ella, mientras busca incrementar la percepción de los habitantes de la zona y del público internacional sobre la conservación de los dragones y reforzar las medidas contra cazadores furtivos.