La supervivencia media de cáncer de mama a 5 años ha aumentado al 85%, pero no todos los tumores son iguales. Detrás del color rosa también se esconden las necesidades sociales, psicológicas y emocionales de todas las pacientes. Si hay alguien que entiende de ello es Adela Gálvez. Lleva 27 años trabajando con pacientes de cáncer de mama. Como psicóloga, forma parte del equipo de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) en Marbella. Hoy, con motivo del Día contra el Cáncer de Mama, Adela explica la importancia de atender a las emociones tanto en el momento en el que se detecta la enfermedad como en la etapa posterior, el post-cáncer.
Pregunta: ¿Cómo es el momento en el que a una persona le detectan cáncer de mama?
Respuesta: Es algo muy personal, cada persona reacciona diferente, pero la mayoría de pacientes sienten mucho miedo, rabia o frustración. Existe un porcentaje elevado -el 40%- el que suele presentar problemas de ansiedad, estrés, depresión o tristeza. Son muchas las necesidades a las que tienen que enfrentarse: información de la enfermedad, recursos -ya que implica muchos gastos económicos-, acompañamiento profesional de psicólogos; además de todos los síntomas del propio cáncer.
P: ¿Y los familiares?
R: También se sienten angustiados, con mucha incertidumbre, no saben bien qué tienen que decirles. Yo siempre recomiendo que las acompañen en todo, que les pregunten directamente qué necesitan, que las escuchen. A veces, es difícil para el propio familiar, porque también está sufriendo. Piensa que es mejor no hablar porque van a angustiarla más, pero el efecto es totalmente el contrario. Si no hablamos, nos distanciamos de ellas y las hacemos llevar la enfermedad solas.
P: ¿Crees que se debe normalizar el dolor y los sentimientos que provoca que te detecten cáncer de mama?
R: Totalmente. Es cierto que tener un actitud positiva nos va a a ayudar a llevar mejor la enfermedad, pero no por ello el cáncer va a mejorar, mejora nuestra calidad de vida. Pero eso no quiere decir que no exista el miedo. Siempre hago hincapié en que hay transmitirse y permitirse sentir las emociones. Es lógico estar mal al recibir la noticia de que tengo cáncer. Tengo derecho a enfadarme, a tener miedo, a estar triste. Lo importante es no abandonarse en esos pensamientos, pero necesitamos nuestro tiempo para interiorizarlo. Lo mismo le digo a los familiares, es normal que se sientan tristes.
P: ¿Cómo se comunica a un hijo que su madre tiene cáncer?
R: Los niños tienen que saber lo que está pasando, se les debe explicar de una forma adecuada a su edad pero también acorde a la realidad, no hay porqué esconderlo. No tengamos miedo o tabú en decir la palabra cáncer. Hoy en día, hay mucha información y tienen que saber que hay mucha posibilidad de supervivencia. Además, los niños muchas veces se adaptan mejor al a situación que los mayores. Tenemos que contárselo con naturalidad porque ellos van a ser los primeros que van a notar el cambio: la mamá está mas cansada, está menos tiempo con ellos, se le cae el pelo o está triste. Si lo escondemos, su imaginación puede ir más allá de la realidad.
P: ¿Cómo se vive después de haber superado la enfermedad?
R: Cuando nos diagnostican cáncer siempre hay un antes y un después. La vida cambia y las pacientes tienen que aprender a volver a vivir. Existe un periodo de cambio, de adaptación. Tienen que aprender a volver a sus días con el miedo de que el cáncer pueda aparecer. Yo siempre les recomiendo que tengan en cuenta el presente, que mañana no sabemos que pasará pero que hoy nos sentimos así y tenemos que disfrutarlo. Los familiares tienen que ser comprensibles, darles su tiempo y su espacio, para que se adapten a cambios y. secuelas que han podido sufrir.
P: ¿Y a nivel psicológico?
R: Lo más difícil para muchas es trabajar en recuperar su autoestima. Tienen que aprender a vivir con la situación que tienen y no deben exigirse lo mismo que hacían antes de pasar el cáncer. Muchas habrán perdido su pecho, que, aunque sea físico, es una parte que les afecta a nivel psicológico. Aunque sea difícil, con el tiempo se aceptan y aprenden a vivir de nuevo.
P: ¿Cómo tienen que actuar los familiares en esta fase? ¿Deben hablar del cáncer?
R: Lo mejor es que el ritmo lo marque el paciente, que sea ella la que decida si quiere o no hablar de la enfermedad. No tiene por qué ser un tabú pero tampoco tiene por qué estar hablándose todos los días. Pero, insisto, tenemos que escucharlas a ellas y saber lo que quieren. De hecho, muchas tienen la necesidad de hablar de ello constantemente. y es normal que se hable con naturalidad.
P: Por último, ¿qué les dirías a las personas que le acaban de detectar cáncer de mama?
R: Que no están solas. Hay muchas cosas que pueden hacer, tienen muchos apoyos de profesionales a través de asociaciones como la nuestra y hay muchos voluntariados. Que confíen, que gracias a la investigación, afortunadamente, los tratamientos son más efectivos, se puede seguir adelante. Y, lo más importante, se puede vivir con cáncer, aunque haya limitaciones. Que estas limitaciones no le impidan seguir disfrutando de su familia y de todo lo bonito que tienen a su alrededor.