Se las conoce como salpas, zapaticos o por su particular forma, Cinturón de Venus. Estos organismos transparentes y gelatinosos y con un pequeño botón luminiscente en su interior han sido vistos en los últimos días en diferentes puntos de la costa malagueña. Uno de ellos en la zona de Playamar, en Torremolinos. El usuario que les tomó fotos y las subió a sus redes sociales las confundió con pequeñas medusas. Sin embargo, no tiene nada que ver.
Las salpas son animales algo extraños pero inofensivos, pueden ser tocados sin problema puesto que no tienen ningún efecto urticante.
Esta especie es autóctona del mar de Alborán donde suele alimentarse de microorganismos, aunque es raro que se deje ver por la costa. El primer avistamiento masivo en zonas de litoral de Málaga y Granada tuvo lugar en 2019. La razón -se creyó entonces- podía estar relacionada con el aumento de la cantidad de fitoplancton debido a la temperatura del agua. Puede ser que, gracias a esa gran cantidad de nutrientes, las salpas aprovechasen para alimentarse y reproducirse masivamente. Lo que ocurre es que cuando estos invertebrados llegan a la costa mueren, una vez quedan sobre la arena fuera del agua les resulta imposible volver al mar.
La salpa es una especie mucho más importante de lo que se imagina y es que su papel es fundamental para la vida en el planeta por la fijación de CO2 en el mar. Entre sus principales virtudes está la de limpiar el aire. Eso sí también se cree que su reproducción masiva puede poner en peligro el equilibrio marino ya que podría acabar con los bancos de fitoplancton de los que también se alimentan otros animales como focas o ballenas.