El pasado 28 de marzo un imagen tomada frente a la costa de Manilva dio la vuelta a la Costa del Sol. Al menos once narcolanchas permanecían apostadas frente al litoral a la espera de que amainase el temporal para continuar con su actividad delictiva.
Este ejemplo de impunidad no hizo más que constatar un fenómeno que la Guardia Civil de Málaga viene advirtiendo desde hace tiempo. El aumento del criminalidad vinculada al narco en el extremo occidental de la provincia motivado por el desplazamiento a esta zona de las mafias que tradicionalmente operan en el área del Campo de Gibraltar.
Así lo explica a AZ Costa del Sol Inmaculada Rodríguez, secretaria provincial de la Asociación Unificada de Guardias Civiles en Málaga (AUGC): «Hemos notado un aumento de este tipo de delitos en Málaga, la zona de Gibraltar ya está muy explotada, hay más vigilancia. Al ser allí más difícil, van subiendo hacia nosotros, hacia la costa malagueña, la zona mas próxima a Gibraltar como Estepona, San Pedro Alcántara, Manilva, Marbella».
La costa malagueña está, por supuesto, en alerta y vigilada ante este fenómeno pero el problema -señala Rodríguez- es que aquí «no opera el mismo numero de agentes» y tampoco se dispone de los recursos necesarios para afrontar este desplazamiento.
«Tenemos dos embarcaciones medias de unos quince a veinte años y una semirígida de cuatro o cinco. Con eso contamos para hacer frente a la lucha contra el narco que viene desviado del Campo de Gibraltar», indican desde la asociación. Una cantidad insuficiente, como insuficiente es el número de agentes. Cuarenta que operan en toda la provincia en el servicio marítimo, con el inconveniente -subraya- de que cada vez salen menos plazas. «Cada año salen menos vacantes para la provincia, se están jubilando mas compañeros que las vacantes que salen».
Las redes del narco se expanden por la costa pero sus ramificaciones llegan incluso hasta el interior de la provincia. Es el caso -señala Rodríguez- de las llamadas «guarderías». Se trata de naves usadas para el almacenamiento de droga, embarcaciones o petacas de gasolina con las que las lanchas repostan -apoyadas por los «petaqueros»- sin salir del mar.
«Las guarderías se pueden encontrar en cualquier zona de costa, incluso hemos detectado en el interior, en zonas como la comarca de Antequera. Son naves de polígono industrial que se hacen pasar por empresas de cualquier ámbito. Ya hemos cogido a unas cuantas, suelen ubicarse cerca de autovías para poder escapar más fácilmente».
Aun con todo, el tráfico de drogas no es el único negocio al alza en la costa malagueña, desde hace un tiempo la Guardia Civil ha notificado igualmente un aumento de los llamados «taxis patera». Embarcaciones del narco utilizadas también para el tráfico de personas, migrantes que -a falta de otras vías- tratan de entrar a España de manera irregular.
«Los taxis patera son el nuevo negocio sin escrúpulo de las mafias a caballo entre Marruecos y España. Ellos van buscando siempre un beneficio mayor. Si no logran introducir toda la droga que necesitan, tiran de este fenómeno migratorio, embarcan a personas. Es un negocio muy rentable, en muchos casos les cobran hasta cinco mil euros por persona. Pueden ganar entre cien mil y doscientos mil por trayecto. Se han dado casos en los que hemos detectado una narcolancha y al acercarnos han empezado a tirar a gente al mar, les da igual si saben nadar o no».
Inmaculada Rodríguez insiste por todo ello en la necesidad de aumentar tanto los recursos como el personal de Guardia Civil en Málaga. «Mínimo habría que ampliar un 20%», señala la secretaria provincial de la AUGC, recordando además el aumento de la agresividad que manifiestan en los últimos tiempos muchas de estas personas vinculadas a redes criminales, cuya crueldad quedó manifiesta este año con el asesinato de dos guardias civiles en Barbate.
«En Manilva lo intentaron también», apostilla en alusión a los acontecimientos del pasado marzo. «Intentaron arremeter contra unos compañeros, pero al tener una embarcación similar no lo consiguieron. Gracias a eso no sucedió lo de Barbate».