La empresa Ferrovial ha iniciado los trámites para la implantación del primer parque eólico marino de la Costa del Sol. Su nombre es «Terral» y contempla la instalación de 34 turbinas de 15 megawatios de potencia que sumarán una producción total de 510 MW y que tendrá su ubicación frente a las costas de Estepona.
El proyecto fue presentado ante el Ministerio de Transición Ecológica en enero de 2023 y en estos momentos está en estado de tramitación de evaluación ambiental, concretamente en la fase de consultas ante los organismos que han de pronunciarse al respecto y que está prevista que finalice el 1 de diciembre.
De acuerdo al proyecto, al que ha tenido acceso AZ Costa del Sol, los molinos tendrán una altura de buje -la que va del centro del rotor de la turbina al suelo- de aproximadamente 125 metros, y se instalarán sobre una plataforma a unos 143 metros sobre el nivel del mar, esto supondrá una altura total de alrededor de 261 metros.
El Parque Eólico Marino Terral se situará en profundidades que oscilan entre 450 y 900 metros, por esa razón los molinos se instalarán previsiblemente sobre una subestructura flotante y abarcará un territorio de 203,03 km2 entre las localidades de Marbella y Manilva, si bien Estepona será el principal municipio afectado. Además, la plataforma contará con una línea de evacuación externa marina de 45,4 kilómetros y un tramo terrestre de 13,5 kilómetros que llevará la energía hasta una subestación eléctrica en tierra y para la que se estudian dos posibles ubicaciones: en Jordana Casares o Pinar del Rey (San Roque).
El parque eólico marino previsto para Málaga, del que ya se rumoreó a principios de 2023, se concreta por tanto en este proyecto «Terral» que, aunque todavía deberá superar varios trámites y permisos, ya ha suscitado resistencias entre ayuntamientos y colectivos ecologistas por su impacto en la actividad turística, el medio ambiente y el paisaje.
Algunos estudios científicos, como el realizado por las Universidades de Girona y Barcelona, recomiendan excluir y alejar los parques eólicos marinos de las áreas protegidas del Mediterráneo por los “graves impactos” que estas instalaciones pueden provocar sobre la biodiversidad marina y el paisaje: desde el plancton, el fondo marino y las especies sensibles y protegidas hasta las corrientes atmosféricas o el ruido. “No se pueden importar directamente al Mediterráneo modelos como los del Mar del Norte”, aseguran los expertos.
Por su parte, desde el Gobierno insisten en el papel clave de las energías renovables para lograr los objetivos de reducción de las emisiones de efecto invernadero en un 55% por el 2030.