Tras meses en situación de extremo riesgo por sequía, Málaga ha logrado atravesar el verano sin el fantasma de los cortes y graves restricciones que se presagiaban. Las lluvias de marzo permitieron compensar unos pantanos que han mantenido sus reservas a lo largo de estos meses con moderada tranquilidad.
Es verdad que ahora, a comienzos de septiembre, los embalses de la provincia encaran el final del año hidrológico con niveles bastante más bajos. La capacidad media ronda el 18%, siendo el pantano de La Concepción -el que abastece a toda la Costa del Sol Occidental- el que se encuentra en mejor estado, a un 48,80% del total.
El pantano de Istán acumula en estos momentos 28,08 hectómetros de agua, un volumen que a falta de lluvias desciende progresivamente a un ritmo de un hectómetro por semana. Aun así, la cantidad de agua embalsada es superior a la que había por estas fechas hace un año y que apenas superaba los 24 hectómetros.
Desde la Junta de Andalucía, el delegado territorial de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, Fernando Fernández Tapia-Ruano, ha explicado con las cifras en la mano que Málaga tiene el suministro de agua garantizado para los próximos doce meses.
«Estamos atentos a la evolución de la situación y esperamos que las precipitaciones de otoño puedan ayudar a evitar una crisis hídrica mayor», ha señalado el delegado quien no ha dejado de recordar la importancia de que la ciudadanía «haga un uso racional del agua» para evitar que vuelva a correr sobre Málaga el fantasma de las restricciones severas.