El alivio en los embalses tras las lluvias de marzo ha permitido a la Junta flexibilizar las medidas de ahorro de agua de cara a este verano. Tal y como anunció el miércoles el Comité de Sequía, podrán llenarse las piscinas tanto públicas como privadas en la Costa del Sol. Sin embargo éstas deberán cumplir con una serie de requisitos para garantizar que son lo más sostenibles posible.
En ese sentido la empresa pública de aguas, Acosol, especificaba en un comunicado “la obligatoriedad de que las piscinas privadas cuenten con un sistema de recirculación del agua que permita utilizar la cantidad mínima indispensable para garantizar su calidad sanitaria y para reponer las pérdidas que puedan producirse por evaporación o limpieza de filtros”.
¿Cómo se consigue esto? Con el uso de circuitos cerrados de filtrado y desinfección y de sistemas de filtración avanzados.
Los filtros avanzados o recuperadores consisten en unos cartuchos de pequeñas dimensiones cuya característica principal es que pueden lavarse sin necesidad de desechar agua de la piscina, no requieren vaciado parcial del vaso. Además permiten lavados más rápidos, lo que ahorra tanto agua como energía.
Se estima que el consumo de agua durante los lavados de un filtro avanzado es de 80 litros, en contraste con los 150-200 litros que requiere un filtro convencional. De ahí el hincapié que hará este verano la Junta para que las piscinas privadas instalen este tipo de dispositivos.
Además de los filtros avanzados, existen otros sistemas que facilitan el ahorro de agua en las piscinas, es el caso de las cubiertas que evitan la evaporación, la electrólisis como alternativa sostenible al uso de químicos tradicionales o los limpiafondos automáticos. Según cálculos realizados por empresas especializadas, el impacto de las piscinas en el consumo de agua general apenas llega al 1%, no obstante contar con una piscina «sostenible» puede reducir el consumo de agua hasta en un 91% con respecto a una piscina convencional.