Cincuenta personas han sido detenidas en un importante golpe contra el tráfico de cocaína a través de narcoveleros. La operación se ha desarrollado en siete países y territorios, incluida la Costa del Sol, donde se han realizado hasta 13 registros.
Esta red delictiva -considerada por la Policía Nacional como la mayor del mundo- contaba en el litoral malagueño con miembros del Balkan Cártel, quienes llevaban un elevado nivel de vida y gestionaban distintos negocios para blanquear los beneficios. La investigación ha permitido intervenir 1.500 kilos de cocaían, ocho embarcaciones, 36 vehículos y más de 85 terminales telefónicos.
Las pesquisas se iniciaron en junio de 2020 con la ayuda de Reino Unido, ya que se detectó a un grupo británico asentado en España que contaba con una importante infraestructura para importar cocaína desde Sudamérica. Uno de los puntos fuertes del grupo era la flota de veleros con la que contaba y que registraban a nombres de terceras personas para ocultar sus acciones. Las primeras pesquisas llevaron a los investigadores a averiguar que la organización operaba principalmente en Tenerife, Gran Canaria, El Hierro y Lanzarote, puntos desde donde creaban las narcorrutas.
En la cúspide estaba el Profesor, como llaman al hombre con más de 20 años en el sector y que se encargaba de reclutar a los tripulantes de los veleros, mientras que uno de sus lugartenientes los mantenía. El Profesor, además, contaba con toda la confianza de los cárteles colombianos y mexicanos, con los que coordinaba la producción del estupefaciente y su posterior traslado por Sudamérica hasta embarcarlo rumbo a España.
Durante la investigación los agentes identificaron un total de 10 embarcaciones en distintas bases de operaciones. En España utilizaban Málaga, Valencia, Alicante, Almería y Canarias como punto logístico antes de zarpar a Sudamérica, mientras que en Sudamérica tenían presencia en Brasil, Colombia, Guayana, Trinidad y Tobago, Santa Lucía, Barbados o Panamá.