Con un territorio tan amplio y una población que cada año se multiplica un poco más, la gestión y el reciclaje de los residuos es uno de los principales retos -junto a la sequía- que afronta la Costa del Sol. Nos citamos desde AZ Costa del Sol con Juan Olea, delegado de Medio Ambiente y Residuos Sólidos Urbanos de la Mancomunidad, para hablar sobre asuntos tan importantes como la implantación del contenedor marrón, la tasa de basuras o la importancia de concienciar a los ciudadanos sobre los beneficios de reciclar en casa.
Como nuevo delegado de Medio Ambiente y Residuos Sólidos Urbanos, ¿cuáles son los objetivos que os planteáis desde este área para los próximos cuatro años?
Personalmente me siento agradecido por la confianza depositada en mí para ostentar delegaciones tan importantes para la comarca. Con las circunstancias que estamos viviendo, con ese cambio climático, es necesario seguir teniendo responsabilidad con nuestro entorno, con la gestión de los residuos, el reciclaje.
Tenemos diferente retos, entre ellos que todos los ayuntamientos nos sumemos a la implantación del contenedor marrón y trabajar para que los datos de reciclaje sigan mejorando. Entre todos estamos consiguiendo ser una de las comarcas con mejores datos a nivel nacional, pero no nos podemos conformar, para eso trabajamos diariamente.
Has mencionado el contenedor marrón, ese quinto contenedor que se suma a los que ya conocemos. ¿Por qué es tan importante y cuando se va a comenzar a implantar en la Costa del Sol?
Se trata de un reto al que España llega tarde y que la directiva europea nos obliga a tener cuanto antes. El contenedor marrón hará que el gris prácticamente desaparezca. De ese en realidad, saldrán ahora dos contenedores: el marrón, que servirá para depositar solo residuos orgánicos, cáscaras, frutas, verduras, restos de comida, que se podrán reutilizar para hacer compost.
Y el gris, que quedará para todo lo que no pueda reciclarse – juguetes, elementos de aluminio, escobas, ceniza-, lo que no sabemos cómo reciclar y que pasará a llamarse «resto».
Algunos ayuntamientos están implantando ya el contenedor marrón, pero otros aún no se han sumado, desde Mancomunidad mantenemos una labor coordinada y prestamos asesoramiento para ponernos todos al mismo nivel y que turistas y residentes puedan tener los nuevos contenedores a su disposición cuanto antes.
¿Será en 2024 cuando se vayan sumando los ayuntamientos que faltan?
El año que viene no sabemos si vamos a estar todos, algunos sí como Benalmádena, pero otros dependen de las nuevas contrataciones que se hagan de los servicios. No podemos marcarnos fechas, pero es una obligación, vamos tarde y desde Mancomunidad insistimos a los municipios para que nos pongamos en sintonía con la nueva realidad que tenemos.
La Mancomunidad ha aprobado recientemente una subida del 70% en la tasa de basuras, una medida que viene impuesta por la nueva Ley de Economía Circular y a su vez por Europa. ¿Cómo afectará a ciudadanos?
Este es otro de los retos para esta legislatura, pero el expediente no es nuevo, viene del anterior equipo de gobierno. Se trata de una tasa impuesta por Europa y también a nivel nacional. No tenemos otro remedio que acatarla, para mí no es agradable, ni para este gobierno tener que subir impuestos, pero es una decisión que no hemos tenido más remedio que tomar.
Esta nueva directiva europea lo que nos viene a decir es que el reciclaje ha dejado de ser opcional, una opción voluntaria, ahora es un gesto obligatorio, de corresponsabilidad de cada ciudadano con su entorno. Para obligarnos, nos atacan al bolsillo para que así seamos conscientes de que tenemos que hacer un esfuerzo diario por reciclar para facilitar la gestión de los residuos e intentar que se pueda reutilizar el máximo posible.
Para ello la tasa se ha tenido que incrementar y a ella se suma otra tasa de emisiones de gases de las plantas de transferencia que también incorporamos en la modificación de la ordenanza fiscal. Pasamos de cobrar 48-49 euros por tonelada de residuos a 83-84. No nos ha gustado tomar esa decisión, pero no hemos tenido mas remedio. Ahora ese coste se pasará a cada uno de los once municipios y cada ayuntamiento tendrá que ver cómo lo sufraga, tendrá que decidir si tocar sus ordenanzas locales o ver de qué manera repercute la tasa en los vecinos.
Europa es clara: el que no recicle tiene que pagar. Desde aquí queremos trasladarles a los vecinos la importancia de ese gesto diario que conllevará a medio plazo que podamos reducir la tasa. Es el compromiso de este equipo de gobierno, reducirla a un margen prudente para intentar tener una tasa acorde con el servicio que se presta, pero que no perjudique a las familias.
En esa labor de pedagogía con los ciudadanos es importante la educación a las nuevas generaciones. En ese sentido, destaca labor que hacéis desde el Aula Ambiental que además ha recibido este año el Premio Andalucía de Medio Ambiente. ¿Qué significa para vosotros este reconocimiento?
Es fundamental que nos sumemos todos al reciclaje. La etapa de la infancia es vital, se captan conceptos muy rápido, los hábitos se generan en esos primeros años de vida. Por eso es fundamental seguir trabajando en potenciar ese Aula que ha sido premiada por la Junta de Andalucía. Es un orgullo para la comarca y desde aquí agradezco al equipo técnico, a la empresa concesionaria -Urbaser-, ese premio pertenece a todos. El Aula es una de las joyas de nuestra planta, con personal dedicado exclusivo. Charo y Alexia hacen un gran trabajo con los colegios. Es verdad que las visitas a la planta se paralizaron con la pandemia pero ahora, con las inversiones que se han realizado, estamos a punto de retomarlas. El objetivo es que todos los niños de la comarca puedan pisar esa planta, que es la de todos, puedan conocer la importancia del reciclaje y ver el ciclo completo de la basura, desde que se tira en su casa hasta que llega a la planta, cómo se trata y se gestiona, la tecnología que se esta implementando y que nos hace pioneros a nivel nacional.