El alga asiática vuelve a convertirse en protagonista haciendo acto de presencia en el litoral costasoleño. Playas como las de Casares, Manilva, Estepona, Marbella o Benalmádena se están viendo afectadas por la presencia de esta especie denominada ‘Rugulopterix okamurae’.
Este alga, que originalmente procede de las costas de China, Corea, Japón, Taiwán y Filipinas, fue detectada por primera vez en 2016 en el Estrecho de Gibraltar y, desde entonces, no para de expandirse por el litoral de Málaga. La llegada del alga se considera no intencionada y está asociada a las aguas de lastre de los buques y navíos, y a los cultivos marinos, fundamentalmente de ostras, sin descartar otras vías como corrientes marinas superficiales o profundas.
Desde hace cinco años, la llegada de este alga está afectando a sectores como el de la pesca, ya que los pescadores extraen en sus redes grandes cantidades de algas, sufriendo consecuencias económicas por la disminución de capturas o por daños y recursos en la limpieza de los equipos afectados por las algas.
A raíz de su impacto, el alga fue introducida en 2020 en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras y en 2022 pasaron a formar parte del listado de especies exóticas preocupantes para la Unión Europea.
Medidas ante la expansión de esta especie invasora
Los Ayuntamientos de los municipios que, una vez más, se están viendo afectados por la llegada de esta especie, trabajan arduamente para retirar las toneladas de algas de sus playas.
En el caso de Marbella, el Consistorio ha destinado en lo que va de año más de 800.000 euros para la retirada, cada día, de 75 toneladas de algas invasoras de sus playas. Para ello cuentan con un amplio número de máquinas que trabajan de 05:00 a 11:00 horas en la retirada de estos residuos vegetales que posteriormente son trasladados a la planta de tratamiento de Casares.
Al igual que la localidad marbellí, el Ayuntamiento de Benalmádena también busca soluciones ante este problema y aseguran que se retiran alrededor de 50 toneladas de este alga de forma semanal.
Por otro lado, el área municipal de Playas del Ayuntamiento de Estepona, el cual invierte un sobrecoge anual de más de un millón de euros en estos trabajos específicos para la recogida de este alga, informó hace apenas unos días de la retirada de un total de 450 toneladas de algas asiáticas en lo que va de año. Además, apuntó que la presencia de estas algas invasoras no es nueva.
Una ayuda desde Mancomunidad
Ante la situación que se están encontrando los municipios costasoleños, la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Occidental también ha dado un paso al frente para apoyar a los municipios afectados y aliviar la carga económica que supone el tratamiento de estas algas.
“Hasta este momento, la empresa concesionaria del Complejo Ambiental Costa del Sol estaba cobrando este residuo como si fuera residuos domésticos, con un precio de 85,93 euros por tonelada, pero hemos logrado que los consideren “restos vegetales sucios”, cuyo precio de tratamiento es de 42,94 euros por tonelada, lo que supondrá un ahorro de prácticamente el 50 por ciento en el gasto que están asumiendo los ayuntamientos para deshacerse de este residuo”, ha explicado este martes el presidente de la Mancomunidad, Manuel Cardeña.
Por otro lado, Cardeña ha informado de que se va a solicitar una subvención a la Junta de Andalucía para tratar las algas que llegan al litoral como compost. Concretamente, la subvención se solicitará a través de la Resolución del 15 de marzo de 2024 de la Dirección General de Sostenibilidad Ambiental y Economía Circular que persigue alcanzar el objetivo de reducir al 10 por ciento los residuos municipales depositados en vertedero respecto a los generados, en el año 2035, y que va destinado a municipios, mancomunidades, consorcios y empresas públicas para poner en marcha proyectos de inversión en
actuaciones en materia de gestión de residuos.
El proyecto pasa por dotar al Complejo Ambiental Costa del Sol de mecanismos que permitan tratar las algas para su posterior fermentación, como ya ocurre con la fracción orgánica recogida selectivamente (FORS) y los restos vegetales de poda. Contribuyendo de esta forma a la economía circular, transformando residuos en recursos.Manuel Cardeña ha explicado que “el objetivo es tratar de forma conjunta los residuos orgánicos recogidos selectivamente, la poda y las algas para obtener un compost de calidad, que se cederá a los ayuntamientos mancomunados. Estos, a su vez, podrán utilizar
este material para el abono de zonas verdes y jardines de los municipios, alcanzado así la plena circularidad de este residuo”.
Hasta el momento cada ayuntamiento está gestionando de forma independiente la retirada de las algas de sus playas, con el consiguiente esfuerzo económico.“Vamos a convertir un problema en una oportunidad. Vamos a centralizar el tratamiento de esta especie invasora en el Complejo Ambiental y vamos a obtener un recurso natural a través de la revalorización. Es el mejor ejemplo de circularidad, pues además vamos a reducir los depósitos en vertedero de este material”, concluyó Manuel Cardeña.