El Pantano de la Concepción (Istán) del que se abastecen los municipios de Marbella, Benalmádena, Fuengirola, Mijas, Benahavís, Estepona, Casares y Manilva acabará 2023 con los peores datos de la última de década.
Después de un año en el que ha llovido menos de la mitad y con un invierno hasta ahora terriblemente seco, las reservas de agua comienzan a mostrar síntomas graves de agotamiento.
Según los últimos datos de la Cuenca Hidrográfica Mediterránea, la Costa del Sol dispone en estos momentos de apenas 14 hectómetros cúbicos de agua embalsada, esto supone un 22% por ciento de la capacidad del pantano de Istán. Los datos se encuentran a años luz de los registrados hace un año. En 2022 la Costa del Sol llegó a su última semana con 40 hectómetros cúbicos en su embalse, esto es un 64% de su capacidad.
Sin nuevas previsiones de lluvias por el momento, la escasez de agua será el leit motiv que marque el próximo 2024, tanto o más que en 2023. De momento los municipios de la Costa del Sol ya están obligados a reducir un 20% su consumo de agua -en cumplimiento del decreto frente a la sequía de la Junta-. En todos ellos se ha prohibido el uso de este recurso para regar, limpiar las calles o usar en aseos públicos y fuentes ornamentales. Localidades como Benalmádena o Fuengirola han comenzado a notar bajadas de presión en los suministros a las casas y no se descartan cortes a ciertas horas del día.
Sobre la mesa se estudian ya diversos proyectos para obtener recursos a medio plazo como el uso de agua regenerada y la instalación de desaladoras -que obtienen agua del mar- y desalobradoras -que obtienen agua de pozos-. El suministro de agua a través de barcos es otra opción que también se ha mencionado, si bien se trataría del último recurso a largo plazo, dado su coste. Mientras tanto, las administraciones apelan a la responsabilidad ciudadana, cerrar el grifo cuando no corresponda será igualmente importante para conservar y distribuir las pocas reservas que nos quedan.
Imagen: Juan RC