Policía Nacional, en una operación conjunta con la Guardia Civil, ha desarticulado una organización dedicada a la venta por Internet de gominolas contaminadas con drogas de síntesis.
Los miembros de la organización, de origen holandés y afincados en la Costa del Sol, realizaban envíos postales del estupefaciente a toda Europa y además, habían creado un complejo entramado de empresas para la ocultación y posterior blanqueo de capitales, han indicado en un comunicado.
Se han realizado siete registros domiciliarios en inmuebles de la Costa del Sol, en concreto, en las localidades malagueñas de Fuengirola, Mijas, Estepona, y Canarias (Maspalomas) y hay 15 detenidos. Entre otras sustancias, se han intervenido 12.000 bolsas de gominolas y snacks impregnadas con THC, 281 vapeadores con cannabis líquidos, 49 paquetes de diferentes pesos que contenían cocaína en su interior.
La investigación comenzó cuando los agentes recibieron una comunicación de la Policía belga según la cual se había procedido a la detención de una persona, de nacionalidad neerlandesa, en un punto de recogida de paquetería con un envío de 700 gramos de sustancia estupefaciente, concretamente catinona sintética (3MMC).
Tras el arresto, los agentes comenzaron una investigación para averiguar qué organización se encontraba detrás de este hecho. Los investigadores descubrieron que la red que había realizado el envío era responsable de muchos otros envíos pequeños, de escaso valor, a través de diferentes empresas de logística y utilizando diferentes destinarios. De igual modo, durante la investigación observaron que se realizaron numerosos envíos a Maspalomas.
Los líderes de la organización eran un matrimonio holandés, bien posicionado en la Costa del Sol, con un elevado nivel de vida, con numerosas propiedades y negocios –incluso un gimnasio– a su nombre en las zonas de Fuengirola, Mijas y Estepona. Ambos, auxiliados por dos lugartenientes de nacionalidad holandesa, coordinaban los envíos de todo tipo de sustancias.
En una de las reuniones que el matrimonio tenía, los agentes identificaron a un hombre de nacionalidad holandesa que parecía tener un «negocio» de creación de sustancias estupefacientes de forma independiente a los líderes.
El modus operandi de esta organización consistía en adquirir golosinas y snacks de diferentes lugares, como Holanda o directamente a fábricas de Levante, o incluso de China donde el nombre era diferente, que luego contaminaban con cannabinoides. Para evitar ser descubiertos, los miembros de este grupo utilizaban trasteros e inmuebles diferentes para almacenar los productos.
Además, el principal investigado no residía en un único lugar, sino que encadenaba alquileres vacacionales de forma sucesiva y cambiaba frecuentemente de vehículo.