La crisis de Ucrania ha puesto de manifiesto la enorme solidaridad de todos los ciudadanos de la Cosa del Sol con las personas que se ven obligadas a abandonar su hogar debido a la guerra. Hoy, AZ Costa del Sol, ha podido conocer de cerca la historia de una profesora de Estepona que está colaborando en la causa de una forma muy especial.
Se llama Mariló, es de Estepona e imparte clases en la Academia de idiomas Pergamino, ubicada en Camino del Padre Cura. De forma totalmente voluntaria y gratuita, se ha ofrecido a dar clases de español a los refugiados ucranianos que están llegando tanto a la localidad como a municipios vecinos. De esta forma, Mariló se compromete para ayudarles a aprender el idioma y así colaborar a que se integren más fácil en el país.
Pregunta. ¿Cómo nace tu iniciativa por colaborar de esta manera con los ucranianos?
Respuesta. Yo soy profesora por vocación, me encanta enseñar y tengo contacto directo con siete familias de ucranianos que han llegado en estas semanas. Cuando ellos llegan se encuentran sin saber qué hacer y pensé que enseñarles el idioma podría ser una buena forma para que se adapten el tiempo que estén aquí o al menos, que se puedan defender con lo básico del idioma. Pensé que podía ayudarles a aprender español poco a poco y así aportar mi granito de arena.
P. Además, entre semana estás impartiendo tus clases habituales, ¿cómo lo estás organizando para poder integrar estas aulas para los refugiados?
R. Mis horarios son un poco extraños y es difícil encajarlas, pero estoy dispuesta a empeñar fines de semana. Íbamos a empezar ya pero me han llamado que vienen más familias, entonces quiero que todos empiecen a la vez. Ya tengo grupos de madres y también de niños. Lo que sí he comenzado es a organizar el contenido. Gracias a la ayuda de una alumna de origen ucraniano, Anna, que se ha unido desde que comencé con la idea, estoy adquiriendo el vocabulario esencial ucraniano para yo también acercarme a ellos y darles cariño, para que así se sientan más cercanos a su país.
Pregunta. ¿Cómo será el contenido de las aulas?
R. Mi idea es que sea totalmente personalizado. Hay que tener en cuenta la situación en la que se encuentran estas personas. No es lo mismo aprender un idioma porque quieras a tener que hacerlo porque te hayan obligado a salir de tu país. Ellos llegan aquí emocionalmente con una carga terrible y por ello quiero tener palabras de cariño, en ucraniano, y hacer todo posible para acercarnos. Tengo que decir que todo este trabajo es gracias a mi alumna Anna a la que le agradezco enormemente su ayuda y que hará las presentaciones conmigo. Nos estamos coordinando, yo le paso el material y ella me lo traduce.
Pregunta. ¿Cuál es el rango de edad de estos alumnos?
R. Hay diferentes rangos de edades, acojo a todas las personas, de cualquier edad. Tengo desde niños y adolescentes hasta una mujer de sesenta y tres años. En principio, mi idea era comenzar con un grupo pequeño de niños y madres pero al venir más gente lo quiero separar por adultos y niños. Porque el aprendizaje no es igual.
P. Además Mariló, no es la primera vez que das clases a refugiados. ¿Cómo fue la experiencia?
R. Hace años una ONG de Málaga se puso en contacto conmigo y estuve dando clases a chicas ucranianas y venelozanas. Estas personas huyeron de su país por motivos políticos y también traían una carga emocional. Es cierto que muchas veces he tenido que hacer de psicóloga, lloraban en las clases y necesitaban que las escuchara. Los refugiados ucranianos vienen de una guerra, lo han perdido todo y vienen psicológicamente muy afectados. Por ejemplo, el otro día llego una mujer con sus hijos que en su país lo tenía todo: habían comprado una casa, tenían su negocio, su mascota. Tuvieron que dejarlo todo y el marido se quedó en la guerra. Creo que todos los inmigrantes lo pasan mal pero estos, en concreto, han tenido que huir obligados y la idea que traen es de volver a su país, pero no saben cuándo.
P. ¿Cómo estas preparando tu profesionalmente para dar estas clases?
R. Me estoy preparando con la ayuda de Anna, porque yo no sé ni ucraniano, por ello necesito apoyo. Pero la verdad es que estamos muy ilusionadas, es un proyecto que me encanta. Me gusta mucho enseñar y poder aportar mi granito de arena. Anna además tiene una carga emocional fuerte, parte de su familia está en Kiev y está muy implicada en la iniciativa.
P. Mariló, esta no es la única forma en la que estas colaborando con Ucrania. La academia es uno de los puntos de recogida de material para las familias y además, tienes especial relación con una familia De San Pedro que acaba de recibir a una familia de refugiados. ¿De qué forma colaboras con ellos?
R. Conocí a esta familia personalmente el pasado domingo. Araceli, la madre, tiene cuatro hijos y ha acogido a nueve personas ucranianas: dos mujeres, cinco niños y dos abuelos. Ellos han tenido esa voluntad de acogerlos, al igual que otras familias aquí en Estepona que están haciendo lo mismo. Hay que pensar que para estas familias de acogida es «una carga más» a nivel económico. Es por ello que estamos promoviendo también recogida de alimentos para estas familias. En resumen, la idea es hacer un banco de alimentos para familias ucranianas que viven aquí y para las personas que las acogen.
P. ¿Cómo se está envolviendo la comunidad de Estepona en la causa?
R. La gente es muy solidaria, es increíble ver como cada uno se implica a s forma. Quiero agradecer a la Academia Ruiz Ocaña que también están colaborando en la recogida de material para las familias y han traído hasta aquí mucha ropa y alimentos. También al centro Alejandro Sanz que se ofrece como punto de recogida. Conozco la labor también de Marina y Marisa, dos profesoras del IES Monterroso que «se están desviviendo» también. Ellas han servido mucho para conocer el caso de la familia de San Pedro y con el resto de familias.
P. Para los ucranianos a los que les llegue esta información, ¿cómo pueden ponerse en contacto para acceder a tus clases?
R. Pueden acceder a través de un grupo de WhatsApp que se llama ‘Ayuda a Ucrania’ o a través del teléfono de la academia -620 33 84 85-, venir presencialmente al centro o contactarme por privado. Estamos haciendo una lista con todos los refugiados que quieren dar clases.
P. ¿Qué le dirías al resto de academias para animarlas a tomar esta iniciativa?
R. Sería ideal que se sumaran, son muchos los ucranianos que están llegando y ayudarles con el idioma es muy gratificante. El contacto humano, el ver cómo pones un poco de alegría y el calor en esos ojos. Animo a que cada uno, dentro de sus posibilidades, pues aporte ayuda como pueda. Al resto de academias decirles que están llegando mucha gente, que les podemos ayudar y seguirán llegando más. Yo tengo un listado muy amplio ya y la capacidad de acoger al alumnado es limitada. Incluso me ofrezco a colaborar las academias dispuestas, podría pasarle el material que estoy preparando y ayudarlas para que estas personas se desenvuelvan. Te sientes bien y aprendes que dentro de la maldad que existe en este mundo, hay gente buena que está dispuesta a ayudar.