La Diputación de Málaga y el Colegio Oficial de Farmacéuticos han firmado un convenio para mejorar la atención en municipios pequeños a través de las farmacias rurales. Estas actuarán como puntos de información sobre los programas sociocomunitarios de la Diputación, facilitando el acceso a servicios como apoyo a mayores, lucha contra la violencia de género y fomento del empleo rural. La vicepresidenta de Ciudadanía y Equilibrio Territorial, Antonia Ledesma, destacó la importancia de estos establecimientos en la detección de situaciones de vulnerabilidad y en la lucha contra la despoblación.
El acuerdo contempla la puesta en marcha de un proyecto piloto de colaboración con las farmacias rurales, permitiendo que estas difundan los servicios sociales y sanitarios de la Diputación y colaboren con los Servicios Sociales comunitarios. Entre las iniciativas destacan la implantación de pastilleros semanales, la promoción de hábitos saludables y la detección temprana de enfermedades como el Alzheimer. También se prevé la creación de estrategias para identificar y abordar el riesgo de suicidio en colectivos vulnerables.
Miguel Ángel Montero Villarejo, vocal de Farmacia Rural, ha instado a las administraciones a reconocer la importancia de estos establecimientos para evitar su cierre. Por su parte, Monserrat de Cuadra, representante del Colegio de Farmacéuticos, resaltó la farmacia rural como un pilar fundamental en el desarrollo social y económico de la provincia. Según datos recientes, Málaga cuenta con más de 2.300 farmacéuticos colegiados, lo que refuerza la necesidad de garantizar la continuidad y estabilidad de estos servicios en el ámbito rural.