Una mujer adelantada a su tiempo. No tenía límites. Si le apetecía tomar un café sola, lo hacía, aunque estuviera mal visto. Siguió la estela familiar y montó su propia tienda en el pueblo. No le fue nada mal, 36 años vendiendo casi de todo. Desde un alfiler a unos pendientes casareños. En aquel entonces solo añoraba la libertad que ahora asegura haber conseguido. Es la historia de Mari Carmen León (Casares), una de las vecinas de la provincia que la Diputación de Málaga ha reconocido como ‘Mujer del año’.
«Más que por empresaria, creo que ha sido por mi colaboración en todo lo que hay en el pueblo», explica en una entrevista a AZ. Y no le falta razón. Cualquiera que la conoce bien sabe su voluntad, predisposición e interés por colaborar en todas las actividades que el Ayuntamiento propone. Desde formar parte de la Asociación de Mujeres Grecina de Villaraguz, hasta disfrutar en sus clases de baile, hacer teatro, colaborar con la Iglesia… y una larga lista. «Yo lo tengo claro, no me pierdo una. Si hay una fiesta, sobre todo, asisto. Si me tengo que dejar algo por hacer lo hago, pero yo voy», reconoce entre risas.
Ahora, cuenta, está muy feliz. Y no es para menos. Su reconocimiento se debe a la entrega que la Diputación de Málaga cada año realiza en las galas de la ‘Mujer del año’, donde se reconoce a mujeres de toda la provincia por ser un ejemplo de constancia y lucha por la igualdad de oportunidades en sus municipios: «Se lo agradezco a todo el mundo. Desde al alcalde y los concejales por proponer mi nombre, hasta todas mis amigas y vecinos que me están felicitando. Si la felicidad existe, un pedacito de ella la tengo yo ahora», cuenta emocionada.
A las niñas de hoy, les manda un mensaje muy claro: «Que sigan luchando por la igualdad». Reconoce que, pese a que ella «siempre tuvo libertad en su negocio», admira a las generaciones más jóvenes que cada vez lo tienen más presente: «Les admiro, porque veo como cada vez las parejas lo tienen más instalado. Si se está trabajando, el descanso debe ser igualitario para los dos. Yo he tenido libertad para comprar, para vender, siempre he sido yo la que he mandado en mi misma. Y la verdad, me ha ido muy bien en el negocio. Pero antes no había la misma libertad para hacer lo que una quisiera, la gente hablaba. Ahora, gracias a Dios, la tengo», concluye emocionada.