¿Cuándo nació el arte prehistórico?, ¿fue obra del homo sapiens sapiens -como se ha pensado siempre- o de una especie anterior?, ¿pintaban ya los neandertales? Son las preguntas que expertos internacionales tratan de responder desde hace infinidad de tiempo. Las mismas que llevaron hace un año a un equipo de investigadores a desplazarse hasta la Cueva del Toro, en Benalmádena, cuyas pinturas rupestres podrían arrojar al fin algo de luz.
Los estudios realizados en este enclave, sumados a las evidencias neandertales de las Cuevas de Ardales, muestran de momento que existió un comportamiento simbólico muy antiguo y que «tuvo un gran arraigo o mucha importancia en la provincia».
Así lo explica a AZ Costa del Sol el director del proyecto e investigador de la Universidad de Cádiz, Diego Salvador Fernández, quien asegura que, en caso de afirmarse la presencia neanandertal en la Cueva del Toro, «confirmaría que el origen del arte no fue con nuestra especie, el homo sapiens sapiens, sino que otras especies precedentes también tuvieron esta inquietud artística o cognitiva». Un hallazgo que impactaría directamente en la historia de la Humanidad tal y como la conocemos.
«Estamos intentando extraer muestras de urano-torio para conocer la antigüedad de este arte, así como muestras de ADN que averigüen qué grupo humano es el que desarrolla estas creaciones artísticas», explica Fernández.
Por el momento, los indicios apuntan a que las artes halladas en la Cueva del Toro pertenecerían efectivamente a la especie neandertal -homo neanderthalensis-, aunque todavía no existen resultados numéricos, ya que los muestreos del ADN se están procesando en laboratorios de China.
Aun así el director del proyecto insiste en que «el estudio técnico y temático de las pinturas las relacionan con otras de las que sí se tienen dataciones y que indudablemente fueron realizadas por neandertales».
Lo que sí se ha confirmado seguro, explica Fernández, es la presencia en la zona de industria típica de la época neandertal, herramientas realizadas en piedra que «aseguran la presencia de neandertal en la Cueva del Toro», aunque aún está por saber «cómo han llegado hasta aquí». Aún quedan por realizar excavaciones que permitan saber con fechas y cifras concretas cuándo se produce la ocupación por parte de esta especie.
Un hito investigador
En el caso de que se confirmase la presencia neonandertal en la Cueva del Toro, ganaría fuerza la hipótesis que viene afirmándose desde el año 2018, probaría la idea de que las manifestaciones gráficas son mucho más antiguas de lo que se ha defendido de manera tradicional.
Desde que nace la disciplina prehistórica y el arte prehistórico, «siempre se ha dicho que era el homo sapiens sapiens -el ser humano anatómicamente moderno-, es decir, las poblaciones actuales, los que hacían arte. Por ello, estos nuevos estudios en Benalmádena harían «retrotraer el origen de arte más allá de nuestra especie».
De ahí, la relevancia internacional de estos estudios que se están realizando actualmente en la Cueva del Toro y en el que colabora el Instituto Max Planck para la Antropología Evolutiva en Leipzig de (Alemania), participando su investigador principal y premio Nobel de Medicina 2022.
Del mismo modo, también está trabajando en el proyecto el equipo de investigadores del Instituto Politécnico de Portugal y la Universidad de Nanjing (China).
Las muestras que ya se han realizado han sido enviadas a esta universidad china donde se analizarán para su posible datación y otros estudios arqueométricos, para la caracterización de los pigmentos y su composición. La respuesta al enigma está cada vez más cerca.