Desde pequeña sabía que dedicaría su vida a su mayor pasión: el flamenco. Su nombre es Virginia Martín, es de Benalmádena y estudió en el Conservatorio Superior de Danza. Lleva más de 15 años trabajando como coreógrafa y es experta del Baile Flamenco por la Universidad de Sevilla. En el año 2020 consiguió el segundo premio en la categoría de ‘Artes Escénicas’ del certamen provincial Málaga Crea, por su espectáculo ‘Siete Pecados’. Además, consiguió tres menciones especiales por el’ Escenario Escénico’, ‘Mejor Bailarín’ y ‘Mejor Bailarina’.
La artista ha trabajado en diferentes compañías de la Costa del Sol y también como bailaora en solitario haciendo ‘tablaos’. Este fin de semana, ha presentado en Málaga el preestreno de su nuevo trabajo, ‘Inconcluso’. Un trabajo fruto de la investigación que ha compaginado con su labor como profesora de flamenco en Benalmádena.
Y es que Virginia, además de ser coreógrafa, también es profesora en el área de juventud de Benalmádena, dando clases en Arroyo de la Miel y Benalmádena pueblo, donde se encuentra la sede de Flamenco de Andalucía. Una faceta de la que ha aprendido mucho. De su pasión a la danza y al flamenco nos habla en esta entrevista donde la artista agradece a Benalmádena el arrope y cariño con el que siempre la han tratado.
P: Partamos de tus orígenes, ¿cómo empezaste en el flamenco?
R: Desde pequeña. Aunque mis padres nunca han escuchado flamenco, porque ellos eran más alternativos y modernos, mis abuelos sí que lo escuchaban. A unos les gustaba el flamenco más hondo y a otros el más alegre. Por ello, yo creo que soy una fusión de ambos estilos. Siempre quise ir al conservatorio y cuando era adolescente escuchaba mucho a Camarón. Yo creo que es algo con lo que naces y yo tuve la suerte de nacer con ello.
P: ¿De qué trata tu nuevo espectáculo?
R: ‘Inconcluso’ nace de un trabajo previo de investigación donde vinculo los palos del flamenco a las emociones. Lo que hago es contar una historia de amor -que es circular, porque se vuelven a encontrar- a los diferentes palos del flamenco, vinculados a las emociones. Así, interpreto los diferentes estados por el que va pasando el personaje, desde el enamoramiento hasta el desamor. El flamenco que yo hago está fusionado con lo más contemporáneo. Por ejemplo, llevo un fandango y una soleá tocados a piano y no a la guitarra.
P: ¿Qué sorpresas incluye?
R: No quiero revelar mucho pero el espectáculo contará con el pintor de Fuengirola D. Darko. Mientras bailo, él expresará las emociones a través de la pintura. Así, contaremos la historia de amor desde el encuentro hasta del desamor. El publico podrá ver, en directo, cómo creará una obra artística durante el espectáculo.
P: ¿Cómo es el proceso de creación de una coreografía?
R: Me baso en textos y en la investigación. A partir de obras escritas me las llevo al escenario y voy montando la coreografía en función de las emociones. Tengo muchas ganas de seguir investigando y aprendiendo. También de arriesgarme más hacia lo más contemporáneo, pero manteniendo el flamenco tradicional.
P: En este sentido, ¿crees que el flamenco está evolucionando?
R: Totalmente y cada vez más. Aunque aún mantiene su línea «más purista» y a mi me encanta que así sea, está evolucionando la parte más antigua. Cada vez es más contemporáneo y, aunque se respetan los palos, se van fusionando con otros estilos. Se cuentan otras historias, va evolucionando al igual que lo hace la sociedad. Al principio las críticas eran mayores pero cada vez se va aceptando más porque es lo que el público está reclamando. A mi, personalmente, me atrae muchísimo la fusión y me gusta combinar todos los estilos, también con la danza española.
P: De todas tus facetas, ¿cuál es la que más disfrutas?
R: Sin lugar a dudas, ser coreógrafa. Es cierto que la enseñanza me ha llenado muchísimo. Soy muy creativa y lo uso en mis clases. Cuando ves los frutos a través de esa creatividad es muy gratificante. Intento enseñarle a mis alumnos y alumnas la importancia de bailar con sentimiento. No creo que nadie pueda bailar por bailar, si te pones unos tacones y vienes a bailar es porque escondes un sentimiento o una emoción que consigues sacarla bailando. Algo te tiene que mover por dentro, te nace sin saber cómo.
P: ¿Qué le dirías a los niños y niñas que se quieran dedicar al mundo de la danza?
R: Les diría que sigan lo que ellos sientan. Aunque es cierto que es un mundo muy complicado, de mucho esfuerzo y sacrificio, si ellos son felices haciéndolo, con trabajo todo solo adelante. Yo soy fiel del trabajo porque he podido comprobar que da sus frutos, como todo en la vida. Los animo a que, si es su pasión, sigan esa luz que tienen que desprender en un escenario. Es un mundo tan bonito que, aunque el camino sea difícil, siempre habrá un hueco ahí para poder dedicarte a ello.