Tras más de dos años de pandemia en los que la incidencia de la pediculosis (piojos) se ha reducido considerablemente, expertos advierten a las puertas del curso escolar que «es previsible que, con la supresión de las medidas de distanciamiento social y de los grupos burbuja» en los centros, se incrementen los casos.
El aviso llega a través de Cinfa, que ha recordado este lunes en un comunicado algunos de los datos sobre la incidencia de la pediculosis recogidos justo antes de la pandemia, en 2019, en el IX Estudio CinfaSalud: «Percepción y hábitos de los padres y madres españoles ante la pediculosis». El trabajo, avalado por la
Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (Sefac), apuntaba que cuatro de cada diez niños y niñas andaluces de entre 3 y 12 años (42,3%) tuvieron piojos alguna vez en los tres años anteriores a la pandemia de covid-19.
Una incidencia que, con el fin de algunas medidas para frenar la pandemia, puede regresar este año. Según ha expuesto en un comunicado Julio Maset, médico de Cinfa, «ahora que las circunstancias sociales y sanitarias vuelven a ser las
habituales de las de la época precovid, la pediculosis o infestación del cuero cabelludo y pelo por piojos va a volver a constituir un problema de salud de alta incidencia en las aulas y hogares españoles, ya que es de esperar que los niños
y niñas tengan de nuevo un comportamiento de mayor contacto entre ellos. Y ese contacto directo cabeza con cabeza es la principal vía de contagio de los piojos».
«De hecho, se trata de una de las afecciones más contagiosas, junto al resfriado, por lo que es lógico pensar que su propagación aumentará este curso», ha subrayado. La investigación de Cinfa y Sefac se basa en un cuestionario online realizado a una muestra representativa de 3.072 padres y madres españoles con hijos e hijas de 3 a 12 años escolarizados –4.204 niños y niñas–, residentes en todas las comunidades autónomas.
El estudio confirma, además, que, en España, la pediculosis es más frecuente en las niñas, ya que seis de cada diez (55,8%) tuvieron piojos en los tres años previos a la pandemia, frente a la mitad de los niños (47,5%). «Este hecho se explica porque el cabello largo supone una mayor superficie de transmisión para los parásitos y porque, entre las niñas, son más habituales los juegos de cercanía y son más proclives a compartir artículos de pelo», ha explicado Maset.
La incidencia de estos parásitos en los escolares de seis o más años es también significativamente mayor, ya que, como revela la investigación de Cinfa, este problema lo ha padecido el 55,7% de los niños y niñas de 10 a 12 años y el 52,8% de los que tienen de 6 a 9 años, frente al 42,9% de los más pequeños –de 3 a 5 años–.
En Andalucía, el 88,6% de familias cree que sus hijos o hijas se contagiaron de piojos en el colegio, aunque el 13,6% piensa que pudieron contraerlos en la piscina; el 4,4%, que pasó en actividades extraescolares o en el entorno familiar –también 4,4%–; el 3,5% cree que fue en otro lugar sin precisar y el 3,1%, que sucedió en campamentos.
EL PICOR, SIGNO DE CONTAGIO MÁS FRECUENTE
Como aclara Ana Molinero, vicepresidenta 1ª de Sefac, «aunque es muy molesto, el Pediculus Humanus Capitis o piojo humano de la cabeza no transmite enfermedades, por lo que no constituye un peligro para la salud. De hecho, la
pediculosis no siempre produce síntomas. Si los hay, el más frecuente es el picor y la necesidad de rascarse, lo que puede llegar a provocar lesiones en el cuero cabelludo de los niños».
De hecho, dos de cada tres familias andaluzas (65,8%) detectan la pediculosis por el prurito (picor) que tienen sus hijos en la cabeza, aunque también dos de cada tres (65,4%) ven los piojos en el cabello de sus hijos cuando les peinan,
lavan o revisan la cabeza. Además, el 5,3% observa lesiones en el cuello o tras las orejas -las zonas óptimas para el desarrollo de estos parásitos- y el 1,8% se percata de que su hijo o hija no duerme bien, lo que puede ocurrir debido al
picor.
LA PEDICULOSIS AFECTA PSICOLÓGICAMENTE TANTO A LOS NIÑOS COMO A SUS PADRES
El estudio muestra también que casi tres de cada diez padres y madres de Andalucía (28,9%) creen que tener piojos afecta emocionalmente a sus hijos y el 45,2% siente que les afecta a ellos directamente –lo que supone 16 puntos porcentuales más–.
Esta afectación emocional se da más en madres, en los progenitores más jóvenes y en familias con niñas o hijos/as más pequeños. Según Maset, «esto pone en evidencia la necesidad de normalizar la pediculosis en la sociedad como un problema más de salud, fácilmente atajable y en absoluto vinculado al pelo sucio,
para ahorrar angustias innecesarias».
«Como confirma la investigación, la desinformación y las falsas creencias acerca de la pediculosis siguen estando muy extendidas. Por ejemplo, uno de cada cuatro progenitores con niños en edad escolar (24,7%) sigue creyendo que los
piojos están relacionados con una falta de higiene, lo que lleva a algunos padres y madres a temer que traten a sus hijos de diferente manera por tener piojos. Este miedo al estigma y la vergüenza es, de hecho, uno de los principales motivos que conduce a los progenitores a no cumplir con la responsabilidad de notificar al colegio que sus hijos tienen piojos, lo cual aumenta la gravedad de un problema que, bien gestionado, podría solucionarse rápida y eficazmente», ha apuntado Molinero.
En concreto, uno de cada diez (13,3%) progenitores en España no avisa al colegio cuando sus hijos tienen piojos, a pesar de que siempre debe hacerse. La razón para ello, en uno de cada tres casos (29,9%), es la vergüenza y el miedo al estigma social provocado por la pediculosis. En Andalucía, el porcentaje de familias que no notifica al centro escolar la presencia de los parásitos es del 9,2%.
Pero relacionar la pediculosis con la falta de higiene no es el único falso mito en torno a los piojos. Por ejemplo, la mitad de los progenitores españoles con niños en edad escolar sigue pensando que vuelan de una cabeza a otra (55%) o que las mascotas contagian piojos (47%). Además, uno de cada tres (29,2%) opina que el mejor remedio para eliminar los piojos es cortar el pelo, algo que, si bien puede facilitar la aplicación del tratamiento, no es necesario y puede generar
un mayor trastorno psicológico a algunos niños.
SOLO EL 12,6% DE LAS FAMILIAS ANDALUZAS APLICA EL TRATAMIENTO CORRECTAMENTE
De acuerdo a la investigación, en Andalucía el 90,8% de las familias aplican un tratamiento pediculicida para eliminar los piojos y 91,8% de ellas creen que fue eficaz. Sin embargo, el estudio revela que solo el 12,6% lleva a cabo el tratamiento correctamente, ya que el resto no aplica el conjunto de medidas necesarias para garantizar su efectividad: seguir las instrucciones del fabricante, peinar mechón a mechón con la lendrera, no usar secador, seguir pasando la lendrera en las dos semanas siguientes y verificar a los siete días si
todavía hay parásitos, en cuyo caso habría que reaplicar el tratamiento.
«Los datos revelan que las infestaciones de piojos son ahora más frecuentes y difíciles de tratar debido a un incremento de las resistencias, generadas, la mayor parte de las veces, por una incorrecta aplicación del producto. Por tanto, poner a disposición de los padres y madres información completa y veraz sobre qué es la pediculosis y cómo tratarla es necesario para evitar que este problema de salud siga aumentando su complejidad», ha sostenido el experto de Cinfa.