La distribución de GLP envasado, conocida popularmente como la botella de butano, está enfrentando un periodo de incertidumbre en Málaga capital, Torremolinos, Fuengirola, Alhaurín el Grande, Mijas y otros municipios de la provincia. La situación surge tras la decisión de GASIB -antigua CEPSA-, filial de gas recientemente adquirida por la empresa chilena Abastible, de no renovar su contrato con GAS BUTANO, S.L., distribuidor oficial en la zona durante más de 20 años.
El fin de esta relación mercantil ha generado tensiones entre GASIB y el personal de GAS BUTANO, S.L., quienes han manifestado su desacuerdo con la medida. Según fuentes de GAS BUTANO, S.L., los trabajadores y repartidores autónomos han sido notificados por la gerencia de la situación, pero aseguran que GASIB no ha establecido contacto con ellos ni ha mostrado interés por su situación laboral. Mientras tanto, distribuidoras limítrofes han comenzado a informar al personal afectado que asumirán la distribución en la zona a partir del 1 de abril.
La decisión de GASIB se enmarca en un proceso de reestructuración iniciado por Abastible, tras la adquisición de la filial a CEPSA en diciembre de 2024. El movimiento, que buscaba posicionar a Abastible en el mercado europeo, ha generado críticas debido al impacto social y económico en regiones como Andalucía, donde el GLP envasado sigue siendo un producto esencial para muchos hogares de ingresos medios y bajos.
El mercado de distribución de GLP en España, caracterizado por su estructura de duopolio dominada por Repsol y CEPSA, enfrenta así un desafío adicional con el desembarco de Abastible. La gestión de la nueva gerencia de GASIB y sus decisiones estratégicas están siendo observadas ante la posibilidad de conflictos derivados de estas modificaciones.