Antonio y Pepe, dos armadores dedicados a la pesca de arrastre en Estepona, llevan meses «preocupados» por la situación que atraviesa el sector. Tras varios años de recortes, fue en diciembre cuando se anunciaron las nuevas restricciones desde Europa: los días de pesca del sector se reducirían a 27 al año, un 79%. Tras una dura negociación, se aceptó que los pescadores faenaran como en 2024, es decir, 130 días al año. Eso sí, tendrán que cumplir ciertos requisitos.
«Nosotros nos adaptaremos, como lo hemos hecho todos estos años. Pero necesitamos más días para poder trabajar. Es lo único que pedimos», explica Antonio en una entrevista a AZ. Tras toda una vida trayendo el pescado al Puerto de Estepona -donde actualmente faenan ocho embarcaciones de arrastre-, estos pescadores lamentan que la nueva hoja de ruta de la UE provoque el final de una actividad con más de 50 años de historia en la zona.
«Las condiciones que nos pidieron en Bruselas no tienen ni pie ni cabeza. Con los días de pesca que, actualmente, nos están dando para trabajar» -en torno a 130 días- «una empresa pesquera no puede funcionar», cuenta Antonio en una entrevista a AZ. «Cuando ven los pocos días de trabajo, los trabajadores se van de la empresa y tienen que buscarse otro trabajo. Es muy difícil que en tan pocos días de faena se gane lo suficiente para mantener todos los costes que tenemos durante todo el año», explica.
La tensión en el sector ha ido incrementando en los últimos meses. Desde diciembre de 2024, fecha en la que se dio a conocer el acuerdo europeo, tanto desde la Federación Andaluza de Asociaciones Pesqueras como las distintas Cofradías del Mediterráneo y pescadores, han mostrado su «descontento» y «preocupación» por el futuro de la pesca de arrastre.
A mediados del pasado mes de enero, el Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, anunció las medidas acordadas con las comunidades autónomas del Mediterráneo. Una de ellas era el cambio de copos de las redes de arrastre. Además, la flota del recibirá subvenciones para afrontar estos cambios, con el objetivo de que el sector pudiese recuperar los días de faena en este 2025.
«Las ayudas son mínimas, sigue sin compensar económicamente»
«El ministro sale siempre contento de las reuniones, pero los que sufrimos el levantarnos para ir a trabajar con estas consecuencias somos nosotros. Las ayudas que han anunciado son mínimas, sigue sin compensar económicamente, porque el trabajar 130 días ya es delicado», critica José, vocal del la Cofradía de Pescadores de Estepona y dueño de un barco de arrastre.
Los armadores de Estepona aseguran que aún manteniendo los 130 días y cumplir requisitos como el cambio de medidas de la malla a 40 mm -uno de los acuerdos alcanzados- «sigue siendo difícil recuperar los seis meses sin trabajar».
Así, indican que pese a que cumplirán con la ley marcada, tendrán que asumir aún más dificultades: «Ahora mismo trabajamos con la malla de 40 mm de grosor. Es complicado trabajar con ella, porque son tan finas que se rompen y hay que cambiarlas por nuevas, lo que conlleva a un gasto económico más. Si nos exigen mallas de 45mm, lo cumpliremos, pero esto va a ser la ruina total. Vamos a perder una buena parte de la pesca», critica Antonio.
«Cada vez es más difícil mantener un barco de arrastre»
Pepe, dueño de una empresa pesquera familiar, explica a este medio la difícil situación que atraviesa: «Nosotros estamos muy mal. El barco parado, somos cuatro armadores y sin ayudas. Mantener cada año el barco y salir a pescar cada vez es más difícil, tenemos familias que alimentar y no podemos estar tantos días parados», lamenta. Asimismo, cree que esta situación, «llevará al final de la pesca de arrastre».
Una problemática que, recuerda, llevan sufriendo varios años atrás. Según indican desde la Federación Andaluza de Asociaciones Pesqueras, en 2019 cada embarcación disponía de 220 días de faena. En este último año, 2024, la media rondaba a los 130 días.
«Nosotros en este año hemos trabajado 118 días. Seis meses de trabajo y, ¿los otros seis meses de qué comemos? Tenemos muchos gastos: seguridad social, autónomo… Un barco parado es un barco con gastos. Por no hablar de las averías», protesta Pepe.
Falta de relevo generacional y el «castigo» al sector
Ante esta situación, tanto armadores como la Cofradía de Pescadores de Estepona, lamentan que cada vez «hayan menos jóvenes que quieran dedicarse a la pesca de arrastre». Asimismo, critican la «mala imagen» asociada al sector y defienden su «compromiso» y «respeto» por la mar.
«Nos tienen castigados. Parece que somos los malos del mar, pero no es así. Somos los primeros que cuidamos de esto, es nuestro medio de vida. El arrastre pilla mucha basura que arrojan en el mar. Y nadie quiere acabar con la vida en él, todo lo contrario», afirman desde la Cofradía. En este sentido, aseguran estar conformes con las paradas biológicas, ya que favorece a la reproducción y naturaleza propia de la vida marina.
«No vamos a permitir que se criminalice»
Por su parte, la Junta de Andalucía ha expresado su apoyo al sector: «En Andalucía no podemos estar conformes con las medidas hasta que los pescadores andaluces lo estén y para eso queda aún mucho recorrido”, expresaba el consejero de Pesca, Ramón Fernández-Pacheco, tras una de las reuniones en enero con el ministro.
También la delegada del Gobierno andaluz en Málaga, Patricia Navarro, quien ha asegurado que «es un sector clave para Andalucía» y que «no podemos permitir que se criminalice a determinados ámbitos de la pesca, como el arrastre, ni que se les responsabilice injustamente de los problemas que afectan a los caladeros o al estado de nuestros fondos marinos».
En este sentido, Navarro ha incidido en que se trata de un sector «muy importante para nosotros, al que vamos a seguir defendiendo con uñas y dientes, y no nos vamos a conformar ni vamos a consentir ninguna estrategia por parte de ninguna institución competente, ya sea el Gobierno de España o la Unión Europea, que pase por el desmantelamiento de este sector estratégico para nuestra economía».