En el corazón de un paisaje repleto de historia, se encuentra el yacimiento arqueológico de la ciudad de Suel, un lugar donde el tiempo parece haberse detenido. Las ruinas, vestigios de una civilización que floreció hace más de veinte siglos, emergen del suelo como testimonio fascinante de la historia romana en la Península Ibérica. No es solo un yacimiento arqueológico; es un portal hacia el pasado y un espacio que invita a desentrañar los secretos que yacen bajo la tierra.
Suel es un recordatorio de la riqueza cultural que moldea Fuengirola, un municipio conocido principalmente por sus playas y su contemporáneo atractivo turístico donde, bajo sus modernas construcciones y avenidas, se esconde una rica herencia histórica que abarca siglos de ocupación.
Contexto histórico y geográfico
La historia de la ciudad romana de Suel está aún por escribir. Alrededor de la desembocadura del río Fuengirola y en las colinas cercanas, se establecieron asentamientos y villas que prosperaron gracias a las fábricas de salazones. De este lugar, que se asocia con Suel, se estima un probable origen fenicio o púnico. Las excavaciones más recientes han revelado restos que datan del siglo III d.C., aunque algunos investigadores sugieren que los inicios de esta ciudad podrían remontarse al siglo VII a.C.
En cualquier caso, los hallazgos que estamos desenterrando nos brindan una perspectiva fascinante sobre la vida cotidiana, la arquitectura y la cultura de una ciudad que fue un importante centro comercial durante la época romana.
Geográficamente se trata de un emplazamiento en una pequeña colina sobre el mar, en la costa sur de la península. Se entiende que este lugar aprovechaba las ventajas geográficas que ofrecía la proximidad al mar Mediterráneo. Una ubicación estratégica para el comercio, la defensa y la comunicación con otras culturas mediterráneas permitiéndoles mantener importantes relaciones comerciales con los fenicios y los griegos.
Expertos sugieren que fue una ciudad amurallada, ubicada en un principio en la parte superior del cerro, y expandiéndose posteriormente, como otras ciudades romanas, por el llano.
El yacimiento de Suel consta de 60.476 m2 y se encuentra ubicado en el Parque del Castillo Sohail, declarado Bien de Interés Cultural. Se entiende que el espacio que cubre el emplazamiento del núcleo principal de este municipio romano abarcaría las proximidades de las playas del Ejido y de la Caseta, en el área derecha de la desembocadura del río Fuengirola.
Los restos romanos de este asentamiento son escasos; sin embargo, los vestigios de un acueducto demuestran la existencia de varias villas en su entorno como la Finca el Secretario, Cortijo Acebedo, Torreblanca del Sol, Villa romana de Benalmádena, Torremuelle o la Butibamba.
Excavaciones
El yacimiento fue descubierto en la década de 1960 durante el levantamiento de un terreno destinado a urbanizarse, donde aparecieron restos que indicaban la presencia de una antigua ciudad. Las primeras excavaciones fueron dirigidas por arqueólogos locales, quienes rápidamente se dieron cuenta de la importancia del hallazgo. A medida que avanzaban las investigaciones, comenzaron a emerger detalles sobre la vida en Suel, sus habitantes y su cultura. Desde entonces, el yacimiento ha sido objeto de diversas campañas arqueológicas, lo que ha permitido recuperar una gran cantidad de material cultural y conocer mejor el contexto histórico de la ciudad.
Actualmente se ejecuta un proyecto de investigación arqueológica, promovido por el Ayuntamiento en 2019, que consta de seis fases divididas en seis años en las que se han alternado etapas de prospección con otras de estudio. Los últimos trabajos ejecutan la última fase de excavaciones en un perímetro de 175 metros cuadrados, que han puesto al descubierto restos de lo que podría ser un área comercial o centro económico de la época, que dataría de entre los siglos I y III d.C. En esta última fase el objetivo no es solo precisar las dimensiones reales de esta edificación, sino comprender su disposición espacial en relación con la ciudad romana de Suel.
Este proyecto se realiza a través de la UTE SUEL (Nerea Arqueología y Alfonso Montilla) y cuenta con la participación de catedráticos, doctores, investigadores y profesores de diversas universidades andaluzas (Málaga, Almería, Sevilla y Córdoba), así como de la Universidad italiana de Macerata.
Los hallazgos Arqueológicos en Suel
Los recientes descubrimientos en la ‘Ciudad romana Suel’ han puesto de manifiesto que Fuengirola fue uno de los principales centros comerciales de la Costa del Sol. Los restos hallados, que se encuentran en excelente estado de conservación, sugieren la existencia de un edificio de carácter público, destacando por su tamaño, calidad constructiva y los materiales utilizados.
Estos hallazgos podrían ser las primeras pruebas de una zona pública en el yacimiento, con un edificio notable por sus dimensiones y decoración, que ha permanecido intacto, incluyendo mármoles en el suelo y las paredes, así como pedestales de posibles estatuas en los alrededores, según las investigaciones actuales. Con estos nuevos descubrimientos, este yacimiento arqueológico se posiciona como uno de los más relevantes de la época romana en la Costa del Sol y se convierte en un referente en la costa andaluza.
Referencias históricas
La ubicación de la ciudad romana de Suel se ha confirmado a través de inscripciones encontradas en el Castillo Sohail y en una finca cercana. También se han hallado restos romanos, como un ancla, que sugieren que el área era navegable. La primera mención escrita de Suel es de Esteban de Bizancio, quien habla de una ciudad llamada Syalis. Después, Plinio y otros autores antiguos también mencionan Suel, situándola cerca de Málaga. A lo largo de los siglos, varios investigadores han identificado su ubicación cerca de Fuengirola, basándose en textos antiguos y hallazgos arqueológicos. En el siglo pasado, el catedrático Pedro Rodríguez Oliva recopiló información sobre Suel, incluyendo hallazgos numismáticos y epigráficos.
La protección y conservación del Yacimiento
El yacimiento de Suel es uno de los secretos mejor guardados de la Costa del Sol. Se trata de un lugar protegido y objeto de interés tanto para arqueólogos como para turistas interesados en la historia de la región. Muchos restos están aún bajo el suelo, a espera de ser excavados o preservados para futuras investigaciones.
La conservación del yacimiento es fundamental para comprender la historia de la región y para preservar este importante patrimonio para las futuras generaciones. Sin duda, Suel es una parte esencial de la historia de Fuengirola y de la Costa del Sol, y su estudio continúa desvelando nuevos secretos sobre las civilizaciones antiguas que habitaron esta rica y diversa región.
Con cada descubrimiento, los arqueólogos se acercan más a comprender la complejidad de esta sociedad, mientras que el interés público por el sitio continúa creciendo, destacando la importancia de preservar nuestro patrimonio cultural.
Del 20 al 23 de noviembre, por las III Jornadas de Patrimonio en Fuengirola, se han mostrado al público avances de la campaña de excavación y estudio de la Ciudad Romana de Suel, donde se ha contado con la participación de varios especialistas del mismo campo. Actualmente, se encuentra en periodo de excavación, pero es posible realizar una visita virtual en 3D de estos yacimientos mediante su página web oficial.
Más herencia romana en Fuengirola
Las Termas de Torreblanca en Fuengirola, que datan entre los siglos II y V d.C, son también un testimonio tangible del esplendor romano en la región.
Estas termas, que formaron parte de un complejo arquitectónico multifuncional, no solo eran un lugar de baño y ocio, sino también un espacio vital para la interacción social y el bienestar físico, una muestra de las costumbres y avances de la época. El yacimiento alberga varias instalaciones de un complejo arquitectónico, que una factoría de salazones, un edificio termal, y una necrópolis que atestigua las costumbres funerarias del momento.
El interés por este enclave comenzó a gestarse en la década de 1940, cuando se detectaron diversos «muros y contrafuertes» afectados por la construcción de la carretera nacional 340. En 2005, las Termas de Torreblanca fueron declaradas Bien de Interés Cultural (BIC), y en 2017 pasaron a ser propiedad del Ayuntamiento de Fuengirola, lo que permitió llevar a cabo tareas de conservación y restauración esenciales para la protección del sitio, integrándolo al patrimonio arqueológico de la ciudad.
En 1961, el área arqueológica, en la que ya se identificaban elementos arquitectónicos de una terma romana, sufrió varias remociones que pusieron en riesgo su conservación.
A través de las excavaciones, se ha logrado reconstruir parcialmente su estructura y funciones, lo que permite vislumbrar la sofisticación de los romanos en cuanto a ingeniería, urbanismo y cultura. Este yacimiento corresponde a unas termas del siglo II d.C., aunque hay indicios de una ocupación anterior, ya en el siglo I d.C. El complejo no se trataba solo de un centro de higiene, sino también un lugar de encuentro y sociabilidad, en donde se desarrollaban actividades políticas, comerciales y culturales. Posteriormente, el lugar se transformó en una factoría de salazones y en un centro dedicado a la producción de tinte púrpura. En el siglo V, el sitio se convirtió en una necrópolis, que perduró, al menos, hasta el siglo VI.
La Finca del Secretario es, igualmente, un yacimiento romano datado entre los siglos I y IV d.C. Se trata de una villa rural de una época en la que la región formaba parte de la provincia romana de Bética, bajo el control del Imperio Romano. La villa era un complejo agrícola de grandes dimensiones, destinado a la producción y almacenamiento de alimentos, pero también con instalaciones de carácter residencial, lo que sugiere la importancia de la propiedad en la jerarquía social de la época.
Fue descubierto en 1968, aunque las primeras excavaciones no comenzaron hasta la década de 1990. En este yacimiento se han encontrado piezas de incalculable valor histórico, como la Venus de Fuengirola, utensilios agrícolas de la sociedad, o sus termas. No solo ofrece información sobre la vida cotidiana de los romanos en la región, sino que también refleja la organización económica y social del mundo rural romano en Hispania.
Hoy en día, estos yacimientos son una rica fuente de conocimiento sobre la vida en la Hispania romana de la Costa del Sol.