El Ayuntamiento de Estepona inaugura esta tarde el Castillo de San Luis tras una ambiciosa actuación que se viene desarrollando en los últimos años para la conservación y recuperación de esta fortaleza costera construida en el último cuarto del siglo XVI y cuyos restos se encuentran en el centro histórico de la ciudad. La intervención ha permitido la puesta en valor de estos restos que han permanecido sin uso desde hace casi cien años y que a partir de este viernes abren al público como centro museístico.
El objetivo de la intervención por la que ha apostado el actual equipo de gobierno ha sido la de recuperar este enclave que ha permanecido oculto, y convertirlo en un espacio expositivo en el que se puede conocer una importante parte de la historia de Estepona. Además de recorrer la instalación, el visitante podrá conocer de primera mano algunas de las piezas arqueológicas de distintas épocas que se han obtenido en las excavaciones realizadas durante las obras, que se han expuesto en las ocho vitrinas habilitadas en la zona expositiva.
El alcalde, José María García Urbano, ha destacado la importancia de esta actuación desarrollada por el Ayuntamiento “para dar visibilidad a este elemento histórico del que ahora pueden disfrutar todos los vecinos y visitantes”. La recuperación del Castillo de San Luis, ha recordado el regidor, ha sido una prioridad para el equipo de gobierno a pesar de la dificultad de la intervención. El proyecto se ha venido desarrollando por fases, siendo necesaria en primer lugar la adquisición, por parte del Ayuntamiento, de las viviendas que se encontraban anexas y que mantenían ocultos los restos. Posteriormente, y tras el acondicionamiento de todo el entorno, se inició un minucioso trabajo con técnica arqueológica para la limpieza, conservación, estabilización y consolidación de los restos existentes, así como la eliminación de los elementos vegetales adosados a la estructura.
El Castillo de San Luis se inaugura esta tarde y a partir de mañana se podrá visitar en horario de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00 horas, de lunes a viernes.
La actuación para la recuperación y conservación, que fue adjudicada a la empresa Grafeno Inversiones, S.L.U. por un importe de 531.795 euros (IVA incluido) financiados a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia-Fondos Next Generation EU, ha incluido una segunda fase en la que se ha colocado una cubierta sobre los restos arqueológicos, posibilitando el uso del espacio interior como sala museo. Además, el recinto dispone de una pasarela que va a facilitar a los visitantes recorrer el interior del castillo y contemplar los restos de las distintas fases históricas del edificio que han ido apareciendo durante los movimientos de tierra y excavaciones arqueológicas realizadas.
Finalmente, el proyecto ha permitido la instalación de varios paneles y elementos audiovisuales didácticos para ayudar en la interpretación del entorno del castillo, así como un espacio para exhibir colecciones con interés histórico, poniendo así en valor la huella y los restos del Castillo.
Valor histórico
Esta actuación en el Castillo de San Luis tiene un enorme valor, dado que se da a conocer un periodo de varios siglos de la historia de Estepona mediante la visita al monumento, ofreciendo a la sociedad un espacio lleno de historia que contiene suelos del siglo XVI, muros del XVIII, e incluso piezas más antiguas.
El Castillo de San Luis de Estepona es una fortaleza costera construida en el último cuarto de siglo XVI, en el marco de la reorganización de la defensa de la costa occidental malagueña tras la rebelión morisca de 1568. Su propósito original fue reforzar el frente sur de las murallas de origen islámico, dominando el fondeadero natural de la playa de La Rada. Sus elementos más destacados eran tres baluartes artilleros y una gran plaza de armas porticada con varios cuarteles.
A mediados del siglo XVIII, parte del Castillo de San Luis sufrió una importante transformación y se reestructuró como batería cañonera. Tras los daños causados por el terremoto de Lisboa, en 1755, y las voladuras provocadas por los franceses, en 1812, gran parte del castillo se abandonó y cayó en ruina, sobreviviendo solamente la batería cañonera, que se incorporó como patio a una vivienda construida a finales del siglo XIX.