Después de más de una década de funcionamiento, el Banco de Alimentos de Casares ha decidido cerrar sus puertas. La razón principal es el fin en 2024 del programa de subvenciones europeas FEAD que facilitaba la entrega de alimentos a personas desfavorecidas.
La retirada de este apoyo afectará a cerca de un centenar de familias que semanalmente acudían a este servicio. Por eso el Ayuntamiento ha optado por un plan alternativo. En primer lugar, se ha impulsado una línea de ayudas económicas de urgencia para personas sin ingresos. Esta ayuda municipal consistirá en 200 euros al mes por miembro del grupo familiar, hasta un máximo de 600 euros.
Serán ayudas de tres meses, con posibilidad de prórroga. No obstante, como ha explicado a AZ Costa del Sol la concejala de Asuntos Sociales, Ana Umbría, el objetivo a medio plazo será aprovechar y «darle otro enfoque» al modo en que hasta ahora se estaba ayudando a los vecinos más vulnerables.
En lugar de dar una ayuda «asistencialista que cronifica la dependencia», se intentarán diseñar itinerarios de ayuda más personalizados, apoyándose sobre todo en la inserción laboral, «para que estas personas puedan ser independientes».
El Banco de Alimentos de Casares comenzó a funcionar en 2013 y ha atendido a una media de 100 familias del municipio en riesgo de exclusión alto o extremo, cifra que se vio incrementada especialmente con motivo de la crisis sanitaria por el Covid 19.