Se cumplen dos semanas desde la aplicación de las primeras restricciones generalizadas al consumo de agua en los hogares de la Costa del Sol. Desde la madrugada del 21 de febrero, los once municipios que componen la Mancomunidad han optado por bajar de presión nocturna del agua corriente con el objetivo de no superar los 160 litros por habitante/día estipulados por el Gobierno Andaluz para hacer frente a la sequía. Una medida coordinada por la empresa pública que gestiona el agua en la comarca, Acosol.
AZ se reúne con su consejera delegada, Matilde Mancha, para hacer balance de esta medida y analizar el escenario que nos espera en los próximos meses.
Tras estas dos primeras semanas, ¿qué resultados está dando la bajada generalizada de la presión del agua?
En una primera toma de datos -si bien los estudios hay que tomarlos con cierta cautela- vemos que sí está teniendo efecto en la reducción del consumo. Hay que decir que no estamos haciendo la bajada de presión simultáneamente en todas las zonas, solo en aquellas donde hemos detectado que los consumos son más altos, bien por desconocimiento o por fata de concienciación. Al final, el hecho de que se baje la presión es un mensaje que va calando, una parte se ahorra por la propia medida, pero indirectamente la población también va haciéndose a la idea de cuidar ese bien escaso que es el agua.
¿Cómo se controla que los habitantes consuman solo esos 160 litros por persona?
Trabajamos en esto con la Junta de Andalucía. Lo que hay que saber primero es cuántos habitantes hay. Es muy importante afinar en esto porque lo lógico es que te vayas al censo, pero el censo no refleja la población real. Por eso hemos tenido que hacer cálculos estimativos paralelos a través de la recogida de basuras, eso nos ha ayudado a poner el numero mas real posible y estudiar cómo varia a lo largo del año.
A partir de eso se calcula la demanda de agua y se determinan los recursos necesarios, que pueden ser solo de Acosol o de Acosol y pozos municipales. La distribución de esos recursos entre la población real debe dar la cifra mágica de 160 litros.
Ahora que se acerca el verano, se espera que aumente la población y con ello la demanda de agua ¿Se tiene previsto ampliar en algún momento las restricciones, incluir cortes o bajadas de presión en otros horarios, aparte del nocturno?
Dentro de la estimación de lo que va a ocurrir en los próximos meses hay varias variables que son indefinidas, la precipitación es una de ellas. Es verdad que en verano llegamos a unas puntas en agosto de un millón 300 o 400 mil habitantes, pero eso está contemplado en nuestra estimación de demanda. Luego en la oferta tenemos que tener en cuenta las inversiones que hay previstas y que van a buen ritmo como la ampliación de la planta desaladora de Marbella, las desalobradoras para los pozos, las propias campañas de concienciación. Todas esas variables hacen que vayamos reuniéndonos con la Junta de Andalucía para ver cómo va el embalse, que al final es nuestro termómetro.
Nuestro objetivo es no agotar el embalse y preservar un volumen antes de que acabe el año hidrológico que es en septiembre. ¿Van a venir otras medidas? Eso va a depender de cómo se comporte todo esto: las lluvias, la demanda, las inversiones. Por ejemplo, las últimas lluvias que han caído han hecho que el embalse aguante, incuso suba un poquito. Marzo es un mes bueno todavía para la lluvia, pero tenemos que ser muy prudentes, nuestra situación es crítica, no podemos confiarnos.
El embalse de la Concepción se encuentra ahora mismo por debajo del 25% de su capacidad, ¿cuál es la cantidad critica de la que no deberíamos bajar?
Lo bueno que tiene este embalse es que se ha hecho mucho trabajo para poder aprovecharlo al máximo. Ahora mismo tenemos unos 15 hectómetros de casi 60 de capacidad. El objetivo es nunca dejarlo por debajo de cinco. Llegar a cinco después del verano, eso debemos conseguir.
Es verdad que también tenemos recursos subterráneos, pero no sabemos hasta dónde podremos seguir obteniendo agua. En el embalse sí sabemos lo que hay.
Otra de las medidas de urgencia frente a la sequía es el uso del agua regenerada, ¿puede explicarnos qué es exactamente y para qué puede servir?
El ciclo agua tiene un proceso ultimo que permite convertir el agua usada en agua depurada y, a su vez, en agua regenerada. Ésta se puede tirar al mar o usarla. En la Costa del Sol producimos 40 hectómetros de agua regenerada. Es un volumen importante -hay que recordar que la Costa del Sol consume unos 90 hectómetros-.
La idea es que todo eso se use, porque ahora mismo no se está haciendo, solo en campos de golf y no en todos, en algunos se usa para regar agua no potable. Lo que queremos es que todos los campos de golf la utilicen y que se use también para el baldeo y riego de jardines públicos. Hay diferentes niveles de calidad del agua que nos exige la Junta pero creemos que la tenemos es suficiente. Estamos ampliando autorizaciones.
Luego hay un salto importante que es el riego privado, en comunidades de propietarios o villas. Tenemos que ver cómo llevar hasta allí el agua regenerada, pero eso es ya otro nivel de calidad, requiere otra inversión.
Muchos ciudadanos de la Costa del Sol se preguntan a estas alturas qué va a pasar con las piscinas, ¿se podrán llenar?
El último decreto de la Junta del 1 de febrero alertaba de que se prohíbe el rellenado de piscinas con agua potable, se puede usar pero no rellenar, tanto piscinas unifamiliares como públicas, de hoteles o de comunidades de propietarios. Ahora mismo la prudencia en el uso de piscinas va a ser la prioridad. La población tiene que entender que lo primero es lo primero y si tenemos capacidad para garantizar el consumo ya veremos qué es lo segundo.
Desde Acosol se está planteando la posibilidad de notificar a los consumidores más derrochadores, algunos ayuntamientos pueden incluso multarles. ¿pueden las multas ser una herramienta útil?
La Junta en el último decreto ya regulaba un régimen sancionador a los ayuntamientos. Cada ayuntamiento decide cómo lo quiere articular. Alguno ya lo tiene. Tristemente no toda la población le da la misma importancia a la sequía. Nosotros, los operadores de agua, estamos trabajando con las bases de datos de clientes para detectar aquellos ciudadanos que no hacen ahorro. Tenemos los datos del año pasado, solo tenemos que contrastarlos, sobre todo si continúan dándose situaciones de riego. Desde Acosol vamos a hacer avisos previos y cada ayuntamiento tendrá que ver si aplica su ordenanza y régimen sancionador. Será potestad de ellos y nosotros estaremos para colaborar.
Para terminar, la última opción que ya se baraja en caso extremo de falta de lluvias es la llegada de barcos con agua desde otros puntos de la península. ¿Lo ve una posibilidad cercana?
Hay varias hipótesis para satisfacer la demanda en verano. Si no se da, si no hay ninguna precipitación, es de responsabilidad tener un plan B. Si se dan circunstancias muy complejas, podemos recurrir a ese recurso que viene de fuera, ya se sabe de dónde, qué precio tiene, cuántos metros cúbicos puede traer, a qué puerto. Estamos trabajando en un sistema que incluye Málaga, la Axarquía, Campo de Gibraltar y Costa del Sol. Un único sistema en el que nos podemos apoyar unos a otros. Ojalá que no tengamos que utilizarlo nunca, pero ahí está.