Sus víctimas tenían siempre el mismo perfil: pequeños comercios con grandes escaparates o puertas de cristal, sin rejas ni mallas metálicas, negocios menos protegidos. Tan frágiles que bastaba un golpe para entrar, apenas unos minutos para coger la caja registradora o cualquier otra cosa de valor -ordenadores, pda, impresoras- y luego toda la noche para huir camuflados bajo el silencio de madrugada. Así ha venido ocurriendo en decenas de ocasiones desde que arrancó el año, muchas de ellas en noches consecutivas o incluso en la misma noche, un episodio de robos con fuerza como pocos se recuerdan en los últimos años en Estepona y que ha generado un clima de inseguridad entre pequeños empresarios y comerciantes.
Desde el seno de la Policía Nacional también reconocen que se trata de una oleada atípica. Es verdad -explican- que en los últimos días ha bajado la intensidad debido a las recientes detenciones de algunos presuntos autores. El problema es que Estepona no está libre de que esto vuelva a repetirse. Sobre todo porque la ciudad carece de los recursos de seguridad suficientes para prevenirlo.
«En la Comisaria hay una falta de personal notable, se nota sobre todo en el servicio de Seguridad Ciudadana», aseguran en una entrevista para AZ Costa del Sol fuentes del Sindicato de la Policía Nacional JUPOL.
La Policía Nacional en Estepona cuenta habitualmente con tres vehículos que patrullan en cada uno de los diferentes turnos. Tres para el todo el término municipal que abarca desde los límites con San Pedro Alcántara hasta Casares e incluye todas las urbanizaciones ubicadas en las zonas altas, próximas a la sierra. Una amplia extensión supervisada cada día por solo tres patrullas. A veces por menos. «Muchas veces nos encontramos un solo vehículo para toda Estepona entera», aseguran en JUPOL.
«Imagina que una noche nos llaman por un caso de violencia de género. Ahí dos patrullas quedan totalmente ocupadas porque una se queda con la víctima para trasladarla al centro sanitario y facilitarle la información; la otra detiene al autor y realiza todos los trámites burocráticos hasta su puesta a disposición judicial. Eso significa que pueden pasar perfectamente dos horas hasta que el vehículo queda disponible de nuevo».
Por desgracia las llamadas al 091 por casos de violencia de genero ocurren con demasiada frecuencia y cuando no es eso las patrullas deben acudir también a otro tipo de intervenciones o situaciones de emergencia. «Cuando esto ocurre la ciudad queda desprotegida», admite el sindicato policial. No hay recursos para la prevención.
Desde JUPOL explican que en ciudades como Marbella o Fuengirola las Comisarías de Policía Nacional disponen de «un grupo especializado que se dedica a prevenir este tipo de robos, grupos de policías de paisano que trabajan por la noche para evitar expresamente los robos con fuerza». Sin embargo en Estepona no lo hay. Por eso demandan más personal para crear una unidad específica. Si no, al menos, piden que se dé la opción a agentes voluntarios para hacer horas extra y se destine una partida presupuestaria para retribuirles esas horas.
«Esta localidad cada vez es mas grande, cada vez tiene más población y eso conlleva también que el nivel delicuencial suba», señalan. «Tras el último episodio de robos en la Comisaria no ha habido ninguna reacción, se han seguido usando los medios que ya teníamos, nos han ordenado patrullar más por las zonas donde los robos han sido habituales -en el centro sobre todo- pero ¿es suficiente eso? La delincuencia también se puede ir al extrarradio, lo que se necesita es más dotación».
En el sindicato comprenden la preocupación expresada por empresarios y comerciantes. Como recomendación les proponen repasar los consejos del Plan de Comercio Seguro -disponibles tanto en la web de Policía Nacional como en la propia Comisaría-, implementar la seguridad de la entada a su local -por ejemplo con una reja que puedan echar por la noche- y sobre todo no dejar en el interior objetos de valor. «Los delincuentes buscan dinero, pero sobre todo buscan objetos de valor que luego puedan revender».