Sí, amigos, Málaga está considerada la mejor ciudad del mundo para vivir, según la revista Forbes. Las encuestas a miles de personas de más de cien nacionalidades diferentes lo confirman.
Y yo también lo corroboro; a pesar de que vivo en Marbella, mi precioso rinconcito junto al mar, no he encontrado otro lugar más apropiado para disfrutar de la vida que éste.
Comenzando por su extraordinario clima, con ese límpido cielo azul, sus anaranjados amaneceres y ocasos rosados. Pasear tranquilamente por las playas, notando el fresco roce de las olas en los descalzos pies, o caminar por alguno de sus numerosos senderos rodeados de pinos, castaños, encinas y alcornoques, son indiscutibles regalos que nos ofrece la naturaleza.
Una pudiente y poderosa familia, los Marqueses de la Casa Loring, ideó en el siglo XIX un pequeño paraíso con dos mil especies de plantas tropicales y autóctonas. El Jardín Botánico La Concepción era un lugar donde retirarse a descansar e invitar a ilustres personajes como artistas, políticos y otros miembros de la aristocracia. Una valiosa colección de piezas arqueológicas se podía admirar en el Museo Loringiano que estaba dentro de la finca. Hoy en día, la mayor parte de la colección se encuentra en el Museo Arqueológico Provincial de Málaga.
Pero, la oferta cultural con sus interesantes museos es tan amplia, que resulta un auténtico banquete para el intelecto. El propio Pablo Picasso eligió nacer aquí, por algo será.
Hablando de viandas… ¿no se les hace la boca agua pensando en los deliciosos espetos de sardinas? ¿En ese delicioso “ajoblanco” que quita el sentío? ¿O en las crujientes berenjenas con miel de caña? Y de postre: unas tortas locas.
La capital de la Costa del Sol tiene tantos y variados atractivos que es lógico que, cada año, millones de turistas aterricen y despeguen del aeropuerto internacional, siendo por su volumen de tráfico el cuarto de España.
Pues eso, estimados lectores, todavía hay muchísimas razones que convierten a Málaga en ese PARAÍSO habitado por simples mortales, codiciado por antiguos dioses que lo prefirieron al Olimpo.