Hace unas semanas, el casareño Jaime Penalva contaba a este medio su emoción y orgullo por haber cumplido uno de sus grandes sueños: Realizar su propia película de animación, ‘Chavales’. Tan solo dos meses después de su estreno, la película ha viajado por diferentes pantallas como el Festival Fantástico de Cine de Málaga, Cine No visto Festival o los Cines Bowling de Linares.
Pero su éxito va mucho más allá. El casareño ha logrado ser uno de los finalistas en los Premios de la Asociación de Profesionales del a Ilustración de Madrid 2023 en la categoría de Animación. Además, obtuvo el premio a mejor sonido en el VII Festival de Cine Independiente de Linares, en Jaén.
Todo ello gana mucho vas relevancia al tratarse de una producción totalmente independiente, un mundo que el propio joven reconoce que está «lleno de dificultades y obstáculos». Interesado en un sector donde se trabaja con muy pocos medios, regresó a casa de sus padres para poder costearse la producción y pasar la pandemia con su familia: «Quise aprovechar la incertidumbre que había en esa situación, ya que era el momento en el que yo me enfrentaba al mercado laboral y cuando no tenía otras responsabilidades que me obstaculizaran la producción».
Tras tres años de trabajo, finalizó la película en mayo de 2023. Un proceso que, asegura, «no fue nada fácil» y donde «tuve que trabajar sin financiación ni grandes equipos». Así, explica las dificultades a las que el cine independiente se enfrenta, estando en segunda división y no pudiendo competir con las películas de las grandes producciones. «Producir en estas condiciones te lleva mucho tiempo y tienes que enfrentarte a grandes presupuestos», afirma.
«Quería una trama que girase en torno a las preocupaciones de los jóvenes, ya que al demorarse tanto hacer una película, los realizadores suelen tener una edad más avanzada y su mundo gira en torno a otros problemas», explica Jaime. La película narra la historia de un grupo de amigos, criaturas verdes veinteañeras, que realizan un plan infalible para ayudar a uno de los integrantes a superar una asignatura de su carrera: colándose en la facultad y cambiando la nota.
Se trata del primer largometraje del realizador, que se ha volcado en este proyecto asumiendo la producción, la escritura y el montaje de esta historia. No obstante, tuvo que recurrir a la ayuda de otros profesionales para la fase de postproducción, «ya que las labores se excedían de mi competencia», indica. Por ello, ha contado con ayuda en la sonorización de la película, música y doblaje. Además, consiguió que Autoescuela, un grupo de música indie de Asturias, colaborase con el proyecto cediendo su música. Algo de lo que se siente muy orgulloso porque era seguidor del grupo desde hace años.
Un proyecto que asegura que no podría haberlo realizado sin su mejor equipo, su familia, a quien agradece «su apoyo incondicional en todo el proceso». Jaime explica que, pese a la dificultad de entender la película durante la producción -ya que no consiguió el doblaje y sonido hasta el final- sus padres jamás le han cuestionado que «estuviese haciendo dibujos animados», aunque «no entendían muy bien de qué se trataba». Por ello, agradece el gran apoyo y cariño con el que el joven ha podido cumplir todo un sueño. Ahora, solo queda seguir disfrutando de este divertido film.