Rafael Bravo Marqués, cardiólogo del Hospital Universitario Costa del Sol, ha sido distinguido por la Sociedad Española de Cardiología (SEC) con el galardón ‘Mérito Hipocrático’ durante la celebración en Málaga del Congreso de la Salud Cardiovascular SEC23.
Este premio reconoce la historia solidaria de este cardiólogo que ha trabajado incansablemente durante más de 6 meses hasta conseguir satisfacer la última voluntad de un paciente senegalés, Ablaye Mboup, quien padecía hipertensión arterial pulmonar, una enfermedad rara y muy grave que -en su caso- había entrado en una fase terminal y cuyo deseo era pasar los últimos días de vida acompañado de su hijo.
Este premio tiene como objetivo principal la promoción de los valores humanísticos de la profesión y forman parte del Movimiento Hipocrático, una asociación sin ánimo de lucro creada para promover los ideales hipocráticos entre los profesionales de la salud y que se esfuerza por mantener encendido el espíritu humano y compasivo presente en los jóvenes practicantes de medicina por el resto de su carrera.
Para Rafael Bravo el hecho de conseguir un visado le parecía un mero trámite administrativo pero «pronto vimos que se convertía en un auténtico muro de hierro infranqueable. Se llamó a todas las puertas de instituciones, empresas públicas y privadas para, apelando a aspectos tan fundamentales como el derecho a una muerte digna y la humanización en la atención sanitaria, conseguir acelerar el proceso de extensión del visado con el que Cheikh podría acompañar a su padre en sus últimos días, –pues quedaba poco tiempo-. Todo parecía en vano”.
Aún así, el malagueño no quiso rendirse y provocó una auténtica movilización social y mediática con la que, finalmente, consiguió que el hijo de Ablaye obtuviera su visado y, por tanto, pudiera acompañar a su padre y cuidarlo en sus últimos días, cumpliendo así su última voluntad.
El encargado en entregar el galardón fue el director del área de Cardiología del Hospital Universitario Costa del Sol, Francisco Ruiz Mateas, quien comentaba que «Rafael Bravo es un ejemplo de lucha, de tesón, de práctica clínica intachable y de solidaridad con mayúsculas. Ha movido cielo y tierra, ha contactado con todas las instituciones públicos y privadas, de diferentes ámbitos para conseguir el visado del hijo de Ablaye para que pudiera viajar a nuestro país y, créanme, ha sido una odisea. Al final, consiguió que Ablaye pasara los últimos días de su vida acompañado de su hijo, Cheikh”.
En palabras de Rafael Bravo, “es todo un honor, recibir este premio al mérito hipocrático de la SEC, por haber podido cumplir la última voluntad de nuestro paciente, que era pasar los últimos momentos de su vida junto a uno de sus hijos. Pone de manifiesto la necesidad de una humanización real a la asistencia al paciente”.