A 22 kilómetros de Marbella, 23 de Estepona o 70 de Málaga, no son pocas las personas que conducen a diario hasta Benahavís en busca de un buen plato de comida. No por nada esta localidad está considerada “Rincón gastronómico de la Costa del Sol”. Por un lado, por el alto número de restaurantes que se concentran en pocos kilómetros a la redonda, por otro por la diversidad de su oferta culinaria.
El idilio de Benahavís con la gastronomía se remonta a los años setenta cuando el municipio comenzó a hacerse un nombre propio en el mundo de la restauración. Por aquel entonces empezó a hacerse habitual entre vecinos y turistas de la zona acercarse a pasar el día a este pueblo de casas blancas y montañas verdes hasta donde alcanza la vista. Quizá daban un paseo por sus calles estrellas de inspiración nazarí o se animaban a una pequeña caminata por los senderos naturales que circundan todo el pueblo. Lo que está claro es que todos buscaban después un buen sitio donde comer, donde alegrar la vista y el paladar, disfrutar de una comida tranquila y una plácida sobremesa antes de volver a casa.
Fue en ese tiempo cuando se hicieron populares algunos de los platos estrella que hoy componen el recetario popular de Benahavís, como el solomillo de cerdo aliñado o los chorizos al agua, ambos ideados por Paco Tenorio del Restaurante la Gloria y convertidos para siempre en un referente del municipio.
La larga tradición gastronómica de Benahavís se ha ido consolidando desde entonces, aquellos pequeños locales familiares fueron creciendo y ganando adeptos tanto en el público nacional como el internacional. Hoy la localidad está tan ligada a la gastronomía que su propio nombre es emblema de una de las escuelas de hostelería más importantes de la región, aquí se forman hoy los chefs que darán que hablar en el futuro.
En la variedad está el gusto
El abanico de propuestas para comer o cenar en Benahavís representa a la perfección su identidad y carácter, la de un pueblo a medio camino entre el mar y la montaña, un pueblo vinculado a la naturaleza pero con la influencia innovadora de las urbes más cosmopolitas, uno donde conviven las raíces andaluzas con un sinfín de nacionalidades.
Empezando por la montaña, en Benahavís es posible degustar los platos típicos de un pueblo de la serranía, platos de carne, de caza. Saborespuroseintensos, llenos de autenticidad. Cordero, venado, conejo, perdiz son solo algunas de las recomendaciones. Por otro lado, están los platos marineros. A solo siete kilómetros de distancia del mar, Benahavís se enorgullece de preparar algunas de las mejores exquisiteces de la costa. Destacan por ejemplo sus zarzuelas de pescado y marisco o sus preparaciones tradicionales de bacalao o de lenguado.
A esto se suman, por supuesto, otros tipos de platos ligeros y refrescantes, típicamente andaluces y mediterráneos como el ajoblanco, la pipirrana, la ensalada malagueña, así como los guisos autóctonos y llenos de sabor como la sopa malagueña, la sopa de ajo, la sopa de pescado o el gazpacho.
Y todavía la variedad no acaba aquí. La oferta gastronómica de Benahavís es tan versátil que en ella caben desde restaurantes de alta cocina, animados locales de tapas, juveniles gastrobares y por supuesto comida internacional – italiana, india, francesa, argentina- con sabores y aromas de todos los puntos cardinales, fruto de la mezcla de culturas y nacionalidades que con los años se han ido asentando en Benahavís y que hoy componen su rico paisaje humano donde seis de cada diez vecinos son de procedencia extranjera.
Un referente para la cocina del futuro
El binomio Benahavís y gastronomía es tan fuerte que desde el año 2003 el municipio acoge la sede de la Escuela de Hostelería “Sabor a Málaga”. Una de las más prestigiosas y respetadas de Andalucía.
El proyecto comenzó a gestarse en 1998 y abrió sus puerta el 5 de Junio de 2003, desde entonces se han formado en sus instalaciones 22 promociones de alumnos, 420 jefes de cocina y 351 jefes de sala, muchos de los cuales trabajan hoy en destacados restaurantes no solo de la Costa del Sol, también de fuera, e incluso compiten en destacados premios de alta cocina como el francés “Le Cordon Bleu”.
La calidad de sus enseñanzas y un profesorado con mucha experiencia en el sector han convertido a esta escuela en referente de la formación y capacitación de profesionales de la hostelería. Para comprobarlo no hay más que acudir al restaurante que la propia escuela mantiene abierto desde 2006 donde los alumnos pueden practicar in situ todo lo aprendido y los comensales saborear el fruto de ese cuidado aprendizaje a precios más que económicos.
La apertura de este restaurante-escuela –el único que ha funcionado ininterrumpidamente en Málaga desde que inició su actividad- tiene tanto éxito que para asistir hay que reservar con tiempo. Los alumnos preparan una veintena de comidas al día, de lunes a viernes solo en turno de almuerzo, y su reputación les antecede de tal forma que el salón está casi siempre lleno.
Una propuesta culinaria más que se suma al inabarcable plantel de restaurantes con el que Benahavís sigue ampliando su fama de “rincón gastronómico de la Costa del Sol”.