Intersexual es, según la RAE, «la cualidad por la que un individuo muestra, en grados variables, caracteres sexuales de ambos sexos». Eso dice el diccionario, sin embargo, Ana Hellen tardó más de dos décadas en descubrirlo.
Cuando ella nació, en 1995, la llamaron Sergio. Los médicos interpretaron entonces sus genitales como órganos masculinos, aunque ella siempre se ha sentido mujer. A los 9 años empezó a ser más consciente de lo que quería, de cómo se sentía, comenzaron a gustarle los chicos, se identificó como homosexual. Hasta los 21 años sintió que Sergio era “un personaje ficticio con el que intentaba ocultar lo que realmente era”.
«Te creas un papel que no eres -asegura hoy-, tú sabes perfectamente que no eres y un día sabía qué iba a salir”.
Ana Hellen fue a Málaga para comenzar el proceso de transición, ella creía ser una `chica transexual´. Cuando llegó allí y revisaron su historial clínico, descubrieron que con 11 años había comenzado a quejarse de «dolores de regla», algo que alarmó a la médica y decidió hacerle pruebas. Tras analizarlas se dieron cuenta de que ella era una mujer intersexual.
Según la Organización Mundial de la Salud, hasta el 1,7% de la población nace con rasgos intersexuales, es decir, de ambos sexos. Sin embargo, el caso de Ana Hellen es único en España, su cromosoma 46 es XX. Eso significa que tiene los cromosomas de una mujer y los ovarios de una mujer, pero los genitales externos con apariencia masculina.
“Tengo resto de cuello uterino, ovarios, trompas de Falopio, glándulas mamarias y mamas para dar lactancia si pudiese quedarme embarazada”.
Tras conocer por fin su condición, decidió cambiarse el nombre. Igual que su hermana había elegido para ella «Sergio» cuando creían que era varón, escogió también ahora «Hellen», que significa generosidad, bondad y altruismo. A su vez, ella le añadió el nombre de Ana, en honor a su abuela que “al final me aceptó como nieto, ya fuera homosexual o lo que fuese y me defendió a capa y espada”.
Ana Hellen decidió entonces contarlo todo, desnudarse ante su familia, y lo hizo a través de un grupo de WhatsApp. “La respuesta que recibí fue maravillosa, tengo mucha suerte de tener la familia que tengo. Una vez que lo conté me sentí libre como una mariposa y volé”.
Un pilar fundamental en su cambio ha sido y es su prima Ana Mari “sin su apoyo todo el proceso que viví hubiese sido mucho más duro, ella siempre estuvo ahí a pesar de que yo la fastidiara, ella siempre será un gran pilar para toda la familia”.
La sociedad siempre ha sido dura con todo lo que ha salido de los cánones establecidos, aunque las generaciones más jóvenes cada vez están siendo más abiertas al hecho de que todo el mundo es perfecto por el simple hecho de existir, mientras tanto personas como Ana se han armado de valor para mostrarse a la sociedad tal y como han decidido ser. “Yo me he querido y me he amado tanto para que ese rechazo no me afecte y tengo lo más importante que es mi familia. Que yo tenga ese respaldo es una de las bases de mi seguridad”.
No siempre ha sido fácil, por supuesto. “Hubo un caso de una persona que me dijo: yo te he conocido siempre como Sergio y por eso te voy a tratar de él. Eso es algo intolerable, si tú te sientes ella o te sientes él tienes que ser tratado como te sientas. Se hace muy duro no ser aceptado por parte de la sociedad”.
Ana Hellen cuenta que la época más complicada fue cuando decidió dar el paso y se mostró al mundo como mujer. Al principio, quiso experimentar todo de forma muy rápida “me sentía como un preso que lleva muchos años en la cárcel y por fin es libre”, relata. Todo esto siempre con los pies en la tierra, pero con una velocidad que estuvo mucho más acelerada de lo normal y que la hizo exponerse demasiado. Cuenta ahora que no tiene intención de operarse. “Me siento especial, diferente pero normal. La gente no me juzga por lo que tengo entre las piernas, al final y al cabo es un clítoris desarrollado. Sin más”.
Hace poco hizo una colaboración en el libro “Sin polillas en los armarios” ha sido una antología LGTBI de Cristina Maruri Chimeno dedicada a Manolita Chen de Arcos y en la que Ana Hellen escribió un adelanto de lo que será su propio libro autobiográfico.
“Darle forma está siendo muy duro, muy, muy duro, yo pensaba que había superado muchísimas cosas en mi vida y con el libro me estoy dando cuenta que lo que he hecho ha sido apartar eso de mi día a día y pensar que lo he superado. Ahora me estoy enfrentando a ello en el libro». Un relato en el que ha decidido mostrarse como ella misma se siente. “Es un libro que cuenta todo de mí, da contestaciones que he tenido contra mi familia, incluso contra mi misma o problemas personales y con la sociedad. Espero darle luz a finales de Diciembre o principios de Enero. Es un libro donde me desnudo por completo y al que llamaré ‘De él a ella’.