El suelo levantado y podrido, zonas sin luz, vestuarios sin techo desde donde se ve el cielo. Así se encuentra actualmente el Pabellón de La Lobilla, en Estepona. Los entrenadores y los padres del alumnado llevan más de 10 años denunciando el estado «lamentable» en el que los niños y niñas se juegan la vida cada día en las instalaciones a causa de las filtraciones de agua que se producen cada vez que llueve.
«Cuando caen algunas gotas, el sistema de pluviales se atora debido a las plumas de las gaviotas y a los animales que cazan, que se quedan atrapados en las canaletas y provocan filtraciones de agua y charcos en el Pabellón», explican en una entrevista a AZ Costa del Sol. Así, es un problema que lleva ocurriendo desde hace aproximadamente 12 años y que se repite «cada vez que llueve».
Un problema que han trasladado en varias ocasiones al Ayuntamiento de Estepona, sin aportar nunca una solución : «Siempre nos dicen lo mismo, que se atoran las tuberías y que es algo que tienen que solucionar en verano, ya que ahora con las lluvias es imposible». Sin embargo, cada época estival el Ayuntamiento «se olvida» del problema y vuelve a recordarlo cuando sucede de nuevo, en invierno: «Siempre ocurre lo mismo, llevan años dándonos larga».
Los entrenadores denuncian el estado «lamentable» del Pabellón que no solo presenta los problemas de agua, sino que también «las luces están fundidas, los quicios de las puertas comidas por las termitas y los vestuarios se encuentran sin techo, viéndose el cielo y pasando los jóvenes frío en invierno», indican. Asegura que desde el Ayuntamiento «no se invierte en mantener el Pabellón, pese a su gran necesidad».
Una situación que preocupa también a los padres de los jugadores, quienes temen «por la seguridad de sus hijos». Y es que han sido numerosas las ocasiones en las que los jóvenes se han lesionado por «resbalar en el suelo mojado». Así ocurrió en la tarde de este jueves, «cuando tuvimos que trasladar a un pequeño al ambulatorio tras lesionarse la rodilla».
Todo ello sumado al frío, viento o humedad que provoca las grietas en el techo y las filtraciones de agua en el pabellón. Por ello, los entrenadores reclaman «que el Ayuntamiento se haga eco de una vez de la problemática». Asimismo, afirman que los únicos pequeños arreglos que se han hecho puntualmente solo han sido «chapuzas» que no han conseguido solucionar la problemática.
Después de casi 12 años, la situación del Pabellón solo ha conseguido agravarse. A las grietas y ríos de agua que caen sobre la pared en la que se encuentran los marcadores electrónicos, se le suma ahora «un parquet podrido» que cada vez resulta más «costoso» y «difícil» de reparar. Por ello, insisten en la necesidad de mejorar las instalaciones, «antes de que ocurra una desgracia mayor».