La Asociación de Pesca Deportiva de Estepona lleva desde 2005 denunciando los robos y los actos vandálicos que están sufriendo las 80 embarcaciones que se encuentran en el Puerto Deportivo. Los narcotraficantes usan sus barcos para transportar gasolina hasta el Estrecho de Gibraltar para las ‘narcolanchas’, paquetes de droga que recogen y meten en sus coches e, incluso, para el tráfico ilícito de inmigrantes.
«Llevamos denunciando desde hace años el robo de las embarcaciones por parte de los narcos, las instalaciones donde se encuentran nuestros barcos son de entrada libre para todos, necesitamos que se cierre el área y se aporte seguridad», explica uno de los miembros de la Asociación, Juan López, en una entrevista a AZ Costa del Sol.
En concreto, se trata del Muelle de Poniente del Puerto de Estepona. Un área a la que se puede acceder bajando unas simples escaleras, ya que no cuenta con el cierre de una puerta y donde, incluso, se puede acceder con un vehículo: «Lo único que pedimos es que nos pongan una valla, que cierren la zona y varias puertas que impidan el acceso de cualquier persona», indica Juan.
En la mayoría de ocasiones, los barcos aparecen a los días con fuertes daños y arrojados por diferentes zonas cercanas al Estrecho de Gibraltar. Beltrán, uno de los miembros de la Asociación, cuenta cómo recuperó su barco: «Aparecí por la mañana para pescar y el barco no estaba, así que me fui a la policía a denunciarlo y me dijeron que se lo habían llevado los narcotraficantes».
Finalmente, consiguió recuperar su barco, que se encontraba sin la cabina y con daños valorados en 7.000€: «Los narcos habían ido a Ceuta en mi barco para traficar y se quedaron atrapados en él, llamaron a Salvamento Marítimo y la Policía Nacional los identificó». No obstante, solo recibió 4.000€ por delito de receptación y, el resto, «me lo pagarían en dos años en pagos mensuales, algo que sé que no va a suceder», explica.
En los últimos meses, los afectados han podido comprobar que también están utilizando sus barcos para realizar transportes ilegales de inmigrantes: «Mi barco fue robado y, tras la intervención de la Guardia Civil, lo recuperé con bastantes daños realizados y donde se encontraban personas inmigrantes», explica otro miembro de la Asociación.
Por otro lado, la Asociación denuncia el privilegio de la zona privada, colindante a la pública, quienes sí tienen condiciones de seguridad: «Ellos tienen un cierre de puerta, valla, cámaras de seguridad, extintores y no es justo, nosotros pagamos al igual que ellos por tener un lugar digno y seguro donde poder dejar nuestros barcos».
Una problemática que no solo afecta a cuestiones materiales. Según explica la Asociación, la gravedad está trascendiendo a su propia tranquilidad y seguridad. Aseguran que «viven en la incertidumbre, sin saber si nos van a robar el barco o nos va a pasar algo a nosotros». Aunque afirman están seguros de quiénes se tratan, no puede hacer nada en contra de ellos y, en muchas ocasiones, corre peligro su propia seguridad: «Muchos transportan gasolina y es un peligro, en cualquier momento puede prender alguna llama y puede ocurrir una catástrofe», explica Juan.
Pese a las constantes intervenciones y vigilancias de efectivos de la Policía Local y Guardia Civil, a quienes la Asociación agradece su «trabajo excepcional» y «la comunicación constante», no consiguen atrapar a los delincuentes en el robo de las embarcaciones ya que «no existe ningún medio de seguridad».
Aunque se trata de una competencia de la Agencia Pública de Puertos de Andalucía -perteneciente a la Junta de Andalucía-, la Asociación ha acudido al Ayuntamiento de Estepona para intentar reunirse con el alcalde. Por el momento, no han conseguido ninguna respuesta municipal. Ante la falta de atención de las autoridades, los pesqueros han propuesto ser ellos mismos quienes se hagan cargo de las obras necesarias del Muelle. Algo que, al no tener permiso, no ha sido posible.
Una situación que solo consigue agravarse y para la que la Asociación de Pesca de Estepona pide ayuda lo antes posible: «Son más de 20 años pidiéndolo, necesitamos seguridad, no podemos seguir viviendo con este miedo y estos destrozos, somos gente humilde y tener nuestro barco aquí es un gran sacrifico», concluye Juan.