La voz es el rasgo más característico, único y exclusivo de cada persona. Nadie puede repetir nuestro timbre y, como buena carta de presentación que es, forma parte de nuestra imagen. Por ello, son muchas las mujeres transgénero que desean tener una voz más aguda o más estereotipadamente femenina. Esta fue la petición que le hizo una chica transexual al otorrinolaringóglo de Marbella, Juan Carlos Casado Morente, hace 15 años.
Por aquel entonces, Casado desconocía la existencia de la técnica de feminización de la voz: «Era la primera vez que una paciente me preguntaba por ello, no tenía ni idea, pero le dije que viniese más adelante porque me informaría». Y así fue. El otorrino aprovechó un congreso sobre patologías de la voz que estaba teniendo lugar en París. Así, a través de un workshop sobre feminización de la voz, impartido por un doctor especialista de Helsinki (Finlandia), conoció por primera vez de qué se trataba esta técnica. «Fui especificamente para conocerlo a él, me acerqué, me presenté y, seguidamente, me fui con él a Finlandia durante una semana», según explica en una entrevista a AZ Costa del Sol.
Al cabo de unos meses, «llamé a la chica que había venido a consulta para ofrecerle realizarle la petición que no pude atender». La primera intervención la realizó junto al doctor de Finlandia, «siendo la primera vez que se realiza una operación de feminización de la voz en Marbella», expresa con alegría el otorrino.
Sin embargo, lo que parecía algo puntual, fue convirtiéndose en uno de sus trabajos más demandados. Casado continuó formándose y especializándose hasta convertirse en «la referencia en otorrinoralongología en España del cambio del tono vocal». Así, es uno de los nueve expertos en todo el mundo que realiza esta operación. A día de hoy, opera a pacientes que vienen tanto del resto de España, como de otros países. Además, también realiza el procedimiento inverso, la masculinización de la voz.
La técnica, según indica Casado, ha ido perfilándose en estos últimos años, siendo ahora una intervención mucho más corta y con un mejor resultado. Así, aunque actualmente la cirugía puede hacerse en tan solo 60 minutos, el proceso desde el inicio hasta conseguir el resultado final puede abarcar de tres a cuatro meses.
«El primer paso consiste en una entrevista vía Skype donde, tras revisar el texto a voz que les mando a leer previamente, les confirmo a las pacientes si son o no aptas a la cirugía», explica. Posteriormente, un día antes de la cirugía, «las atiendo en mi consulta de Marbella para revisar cómo están las cuerdas vocales». El día de la operación es cuando se realiza la técnica, denominada Glotopastia de Wendler.
«Al principio tardábamos entre cuatro y cinco horas porque técnicamente era muy difícil, sin embargo, ahora llegamos a hacer tres cirugías al día», indica Casado. Las pacientes deben permanecer, al menos, un día ingresadas en el Hospital y después guardar 15 días de reposo absoluto de voz, «una de las partes más difíciles, ya que tienen que guardar silencio absoluto para no interferir en los puntos». Una vez pasadas las semanas de recuperación, se procede a las sesiones de logopedia con la especialista Soledad Angulo: «Consideramos que, como mínimo, se necesitan 15 sesiones para observar un cambio en la voz», explica Casado.
Aunque se trata de un proceso que en los últimos años está teniendo más visibilidad, «aún existe mucha desinformación, existiendo especialistas que se posicionan en contra de ello», asegura el doctor. Así, desmiente mitos como que «la voz se queda robotizada» o que «no es posible hacerla más aguda».
Las pacientes solo piden algo totalmente legítimo, «tener una voz acorde a su cuerpo», explica Casado. Estas chicas, indica, «rehuyen de hablar por teléfono, no quieren quedar con desconocidos y utilizan mensajes escritos en lugar de mensajes de voz, por vergüenza o temor a que los traten como alguien que no son». Por ello, Casado asegura que «poder ayudarlas a ser quien quieren ser» es algo que le llena de «satisfacción personal».
En muchas ocasiones, según explican familiares al doctor, estas personas se esconden en su habitación, no salen de sus casas y pasan su vida siendo infelices. «El cambio que se produce en su autoestima es tan importante que su vida familiar, personal, profesional y social cambia totalmente, son otras personas», explica emocionado.
La feminización de la voz es, para muchas mujeres transgénero, el último peldaño a subir en el largo y duro proceso de reasignación de sexo. Por ello, el doctor incide en que «es muy importante visibilizar que existen alternativas, que es algo que puede conseguir y que pueden ser aquello que tanto desean». Del mismo modo, anima a compañeros de profesión a especializarse en este campo que no solo está en auge, sino que contribuye a la mejora en calidad de vida de muchas mujeres.