Son pocas las personas que nacen con dones deportivos, demostrando que son diamantes en bruto por pulir desde muy pequeños. Natalia Baldizzone es una de esas personas que brilla en su modalidad. Fue con 15 meses cuando se calzó sus primeros patines y de la mano de su madre, quien también ama el patinaje artístico, comenzó una carrera deportiva de ensueño. Desde entonces su madre ha sido su entrenadora y su pilar fundamental en este camino, “juntas afrontamos todas las situaciones y las superamos”, comentó a este medio.
Con apenas 11 años, la deportista fuengiroleña, recibió la llamada de la Selección Española, “fue todo una explosión de emociones”. Su primera convocatoria fue para un Campeonato de Europa en Alemania en dos categorías por encima de la suya, “en ese momento la emoción no me cabía en el pecho”, señaló.
Desde ese momento la patinadora se convierte en una pieza clave dentro del Equipo Nacional. Es en el año 2018 cuando consigue proclamarse campeona del Mundo Junior , “desde el momento en el que gané mi primer Mundial estoy viviendo el sueño que siempre tuve y nunca pensé que llegaría a conseguir”, apuntó. A partir de ahí comenzó a aumentar su palmarés deportivo, aunque para Natalia el título más especial “fue sin duda el Mundial Absoluto de 2021”, confesó.
Natalia comenzó su trayectoria en modalidad de libre, la cual fue compaginando con la de parejas danza con su compañero Jorge Granell. Pero fue en 2013 cuando “empezamos con la modalidad de solo danza y desde el 2021 es la única que practico”. En dicha modalidad volvió a convertirse, por cuarto año consecutivo, en campeona de Europa, “continuar consiguiendo ese título es completamente emocionante y muy satisfactorio por todo el trabajo y esfuerzo que hay en cada presentación”.
Hace apenas una semana, la patinadora competía en el Mundial celebrado en Ibagué (Colombia), donde se quedaba a escasos dos puntos de revalidar el oro. Natalia se enfrentó a una gran final en la que “éramos seis patinadoras del mismo nivel para tres medallas. Cualquiera podría haber optado a ellas”, comentó. Aún así, la de Fuengirola volvió a colgarse la plata al cuello, “fue una medalla que me supo a gloria porque no sabíamos si iba a ser capaz de competir con la lesión en el hombro del día anterior”.
Con este nuevo título pone fin a una exitosa temporada, “ahora toca recuperarse del hombro y comenzar la temporada 2024 con gran ilusión”. Con tan solo 23 años Natalia ha conseguido llegar a lo más alto en el deporte, aunque tiene claro que “quiero continuar mejorando y seguir cumpliendo mis sueños”.
Para ella el patinaje artístico es pasión, constancia y aprendizaje, pero lo que más destaca de este deporte es “que me hace disfrutar de momentos maravillosos con gente increíble”. Por eso, para todas esas niñas que la tienen como un referente, Natalia tiene un mensaje claro, “que persigan sus sueños y que disfruten del proceso”.